En un lado están las decisiones meditadas, tomadas con serenidad después de analizar los pros y los contras de cualquier asunto complejo. Justo en el extremo opuesto, está la alcoyanísima rabotà; una acción precipitada, fruto del cabreo, del disgusto o del subidón de los niveles de mala leche. Uno de los rasgos diferenciales de la rabotà es la desproporción: ha de ser una reacción desmesurada frente a las causas que la originan; ya que si no, estaríamos ante un enfado corriente y moliente. Otra de sus características principales es la ausencia total de lógica; les rabotaes son fenómenos difíciles de explicar con argumentos racionales, ya que se desencadenan desde los rincones más primarios del alma humana.
Todos los alcoyanos hemos cometido alguna rabotà en algún momento de nuestras vidas. No hay nadie que esté a salvo de este particular cruce de cables. Grupos de amigos, filaes, peñas de bar o entidades sociales y culturales son el terreno propicio para este tipo de reacciones, en las que un sujeto o sujeta presuntamente ofendido por algo decide mandarlo todo a la mierda en cuestión de segundos. Al contrario que el trellat, que tiene su punto de residencia en el cerebro, la rabotà se gesta en una zona indeterminada situada entre las tripas, el estómago y las partes nobles del sujeto en cuestión.
Hay que subrayar un dato importante. En Alcoy, la rabotà esporádica es un hecho socialmente perdonable; se considera un pecadillo menor, que no afecta para nada a la imagen del rabotaire. Sin embargo, si un alcoyano actúa siempre a rabotaes, inmediatamente recibirá el desprecio de sus conciudadanos, que lo tacharán como lo que realmente es: un idiota con un carácter inaguantable.
Y para acabar, un poco de cultura. Uno de los momentos más importantes de la historia de Alcoy –el Petrolio- es considerado por un amplio sector de los historiadores locales como una multitudinaria rabotà colectiva. Según los defensores de esta teoría, los luctuosos sucesos de julio de 1873 fueron una furibunda rabotà que afectó a unas clases populares alcoyanas hartas de soportar a unos industriales explotadores y a un alcalde incompetente.
Ni pensármelo quiero!!! Es de verdad de la buena. En Alcoy se enfadan mucho, y debe ser por el café licor. Dicen que se sube a la cabeza nada más tomarlo…
El otro día, mi marido se hizo un colpet y mamprendió a mi madre, su suegra, y le dijo cosas muy fuertes: “tia maria, ampreñaora, llepona, cagastaques…”, y esas cosas. Pobre de mi madre, si nada más se mete con del un poquito…
Pero es verdad, tenemos un carácter, un mal sosiego que pa qué.
A ver si mos se passa y podemos relajarnos para que no se burlen los socarrats.
María, esposa del Am-flamat
A mí también me pasó con mi madre y mi marido. Como a él le gusta el cafecito pues…
Un día llegó a casa tardísimo y mi madre le cantó por la Piquer: “y voy sangrando lentamente, de mostrador en mostrador…”, y se pelearon bastante. El le decía “bruixa” y ella le respondió: “bufat”. Se organizó una buena…
Y claro, al ir tanto a los bochinches, pues siempre está “balón”. Un día llegó a casa y mi madre le cantó por Lola Flores: “mardito panné…”, y se organizó una de válgame Dios. Se dijeron de todo: gorda, agüela, figa torta…y ella contraatacó: borracho, malfaener, collonera…
No vinieron los bomberos de milagro. Todavía se miran por el pasillo de casa com si fueran dos comboixos retándose.
Estoy muy preocupada. De verdad.
Muchas gracias