Es verdaderamente inquietante, pero lo que ha pasado en Italia me ha hecho tener pesadillas con una novela de Stephen King: «Apocalipsis» (The stand). Allí, el escritor norteamericano mató al 99’99% de la población mundial a partir de un hecho puntual: la fuga precipitada de Charlie, vigilante en un laboratorio de investigación bacteriológica de Nevada que, en el epicentro de una crisis por la propagación de un virus de la gripe mutado, quiso poner a salvo a su familia.

¿Les resulta conocido? Porque los periódicos no dejan de hablar estos días del terremoto que vive Italia a partir de un ciudadano de origen chino, que ha propagado el coronavirus de forma exponencial. Muertos, enfermos a miles y un país paralizado, con el coste social y económico que todo esto supone.

Lo que en verdad me preocupa es que Stephen King tiene clara tendencia a acertar.

Me explico. A raíz del 11 S recuerdo que unos raperos tuvieron que retirar la portada de un disco con las Torres Gemelas en llamas, pero entonces nadie se fijó en que en la novela «El futigivo» King destruyó el edificio de la cadena de televisión estrellando un avión de pasajeros (en la adaptación cinematográfica -que fue excelente, por cierto- Schwarzenegger mató al presentador del espantoso concurso).

Queda esperar que esta anticipación del rey del terror no se cumpla, aunque resulta inquietante. En la ficción era el «Capitán trotamundos» o «Capitán muerte»… Nosotros lo llamamos coronavirus.
Posdata: Hay otro concurso tipo «reality show» imaginado por un escritor, todavía más repugnante: el que creó la francófona Amélie Nothomb para su libro «Ácido sulfúrico», por si alguien tiene curiosidad.

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