Es una de las cosas buenas que tiene ir al cine: donde menos te lo esperas te salta un western monumental, de esos que te mandan a casa con una sonrisa bobalicona de satisfacción. ¿Qué demonios es un western monumental?. Pues eso; una película de vaqueros con buenas historias humanas, con tiroteos emocionantes y con unos paisajes que te quitan el hipo. “Los hermanos Sisters” es, con todas sus rarezas, una de esas películas del Oeste que cumplen al pie de la letra los santos preceptos de este género. Hay que correr a disfrutarla, antes de que la retiren de la cartelera.

Primera pregunta ¿de qué va la película?. La respuesta es simple: va de dos hermanos que se quieren mucho, que trabajan juntos y que se dedican a asesinar gente por encargo con una profesionalidad digna de un empleado de banca. Los dos tipos recorren desiertos, bosques y montañas cumpliendo escrupulosamente las comandas de un cacique local y dejando un rastro de cadáveres. Mientras pasan todo tipo de penalidades, les da tiempo a reflexionar sobre lo divino y lo humano, hasta plantearse la necesidad de cambiar de sector y dedicarse a otras ocupaciones más tranquilas, como la de propietario de una granja. El hermano mayor (un colosal John C. Reilly, sólo por él vale la pena pagar la entrada) cuida como una madre solícita del hermano menor, un Joaquín Phoenix perfecto en su papel de idiota descerebrado (deberían encargarle más personajes de estos para que remontara su titubeante carrera). En medio de largas parrafadas junto al fuego de una hoguera y de lluvias de balas, estos dos tipos van recorriendo su particular camino de redención, hasta replantearse los principios más básicos de la vida. Si a todo esto le añades uno de los finales más redondos de los que se ha podido disfrutar en el cine en los últimos años, el resultado es eso: una peli del Oeste, de esas que se anotan con letras de oro en la lista de pelis del Oeste maravillosas.

El hecho de que el director del film sea un francés más raro que un perro verde y de que los exteriores estén rodados en Navarra, Huesca y Almería no le resta ni un gramo de atractivo a la propuesta. Las buenas películas del Oeste pueden resistir a los directores más frikis y se pueden rodar en el Cañón del Colorado o en el mismísimo Racó de Sant Bonaventura sin perder ni un ápice de su inmenso potencial. “Los hermanos Sisters” es una de esas obras perfectas en las que se revisan sin piedad las convenciones del género, sin perder en ningún momento la autenticidad. Tiros, paisajes, cabalgadas y gente viviendo hermosas historias ante la cámara. De eso se trata y al que no le guste, que se vaya a ver comedias francesas de esas en las que gente se tira toda la película cenando.