Los diseñadores no debemos caer en la trampa de una mala innovación, me explico: una innovación debe venir acompañada no solo de una renovación estética, tiene que sumar, hacer mejor al resultado obtenido.
Un pequeño ejemplo sería si tuviera que diseñar una lápiz, madera y grafito. Pero yo quiero innovar, y la figura del lápiz la retuerzo, creando una forma diferente a la inicial, pero más incómodo. ¡He innovado! Si, pero tu innovación no sirve para nada. Tu finalidad era hacer el diseño diferente y mejor.
Innovar no se basa simplemente en generar un aspecto nuevo, se debe crear o modificar un producto o servicio ya existente, pero siempre para dar más, no maquillemos algo hartamente masificado. Innovemos con la meta de dar más, el fruto obtenido será algo único.
El nuevo semblante del diseño debe indicar su función, que al ver el diseño el usuario sepa que es, para que sirve lo que tiene delante. Su fácil identificación será un indicador de que nos hemos acercado a un buen resultado.
Cuando nos enfrentamos a una remodelación de algún tipo de producto o de servicio, debemos abordar el asunto desde la raíz, generarnos una idea básica de cual es la identidad del producto. Un caso práctico: ¿Qué hace lápiz a un lápiz? Tiene que poder dejar el grafito en el papel, y que este se pueda borrar, puede tener un borrador integrado, su agarre debe ser ergonómico… Y a partir de ahí, ¿qué más puede ofrecernos un lápiz?
Esa vuelta de tuerca que le demos a nuestra propuesta, deberá estar justificada, ¿es realmente útil?, ¿tiene sentido que lo ponga sabiendo para que va a estar destinado el producto?, ¿quién va a ser el usuario?
La técnica puede ayudarnos a hacer realidad nuestra propuesta, la innovación puede ser tecnológica: inventar un nuevo proceso industrial, usar un nuevo material que ahorre costes, que contamine menos, que pueda llegar a más gente… La tecnología está en constante avance, el diseño debería aprovecharse de ello.
Toda materialización de un diseño traerá consigo unos retos técnicos que nos hará indagar en nuestra creatividad, que será la que oriente las mejoras del resultado obtenido. ¡Generando una verdadera innovación!
Dar una solución final a algo me resulta aburrido, cada problema no tiene su solución, cada problema tiene infinitas soluciones. En el campo del diseño nuestro peor enemigo es dejar de cuestionarnos, cualquier idea, dar una solución como la solución definitiva es un error, toda idea deberá de estar en duda.
Bibliografía
Dieter Rams: Ten Principles for Good Design, Edición 2017, ISBN: 978-3791383668