El fallecimiento de José Crespo Colomer deja a la fotografía alcoyana sin una de sus figuras fundamentales. El fotógrafo Paco Grau rinde homenaje en este texto al maestro y reflexiona sobre un personaje cuya obra va más allá de sus éxitos en la fotografía festera. Grau subraya la cualidad de pionero de Crespo, su inmenso legado y su capacidad para ejercer el magisterio e influir sobre varias generaciones de profesionales y de aficionados a la fotografía.
El nombre de Crespo Colomer lo he escuchado desde muy pequeño. En cualquier casa en la que había algún aficionado a la fotografía o alguien que perteneciese a la Agrupación Fotográfica Alcoyana, desde mayo hasta que se fallaba el concurso fotográfico de Fiestas estaba presente el nombre de este fotógrafo. La ilusión de todo aficionado era obtener algún premio y luego participar en la exposición, que se celebraba en los locales del Sindicato en la Alameda. Yo vivía esa situación a través de mi padre y la frase que más se oía por entonces era “es que todos los premios se los dan a Crespo”. Salían a relucir los celillos y las rivalidades. Pero era absolutamente normal esa diferencia, porque Crespo Colomer era el único que jugaba en primera división.
Bastantes años después, me toco a mi salir al ruedo de la fotografía festera, que os aseguro para los no conocen este trabajo que no es nada fácil. Según fotógrafos con experiencia que llegan de fuera, ejercer la fotografía durante las Fiestas de Alcoy tendría que ser una asignatura obligada para cualquier persona que aspire a destacar en este oficio.
Y volvió a salir el nombre de Crespo Colomer. Porque para empezar a hacer buenas fotografías de Fiestas es imprescindible fijarse e interpretar las fotografías realizadas por Crespo Colomer. Si no partes de ahí, no te comes una rosca. Él tenía los escenarios de los actos festeros estudiados palmo a palmo y al recién llegado, sólo le quedaba conseguir robarle algún plano.
Alcoy tiene una enorme deuda con este maestro de la fotografía. El encargo del Cartel de Fiestas, la realización de una exposición sobre su obra y la edición de un libro repararon en parte la poca empatía que tuvieron algunas instituciones alcoyanas con una figura fundamental y con gran influencia sobre generaciones posteriores. Crespo Colomer fue fundador y motor de la Agrupación Fotográfica Alcoyana, fue espejo de muchos profesionales y también aficionados. Ha dejado un importantísimo legado fotográfico, que ha servido para pasear el nombre de esta ciudad por todo el mundo.
La importancia de su fotografía festera no debe ocultarnos otras facetas de este artista. Dejó un notable testimonio gráfico del Alcoy de los años sesenta. Eran fotografías de la vida cotidiana, hechas a pie de calle, con un nivel de calidad y de imaginación al que entonces nadie estaba acostumbrado, en las que Crespo Colomer actuaba como un auténtico pionero de lo que vendría después. Yo destacaría series como las del tren Alcoy-Gandía o las realizadas sobre rincones de la ciudad. Son imágenes inolvidables, que se han fijado para siempre en nuestra retina.
Habría que destacar otra faceta importante de este personaje irrepetible, su capacidad para generar afición por la fotografía. Sin la existencia de la figura Crespo Colomer y sin su magisterio sería incomprensible la gran cantidad de profesionales y de aficionados que existen en Alcoy
Aunque su nombre estará relacionado para siempre con la fotografía festera, tuvo capacidad para tocar todos los palos: desde el reportaje, al paisaje, pasando por el estudio. En su última etapa, habría que subrayar la pasión que le despertaba la ciudad de Venecia, a la que efectuó varios viajes que le permitieron conseguir una magnífica colección de instantáneas.
Tras el dolor provocado por la pérdida, llega el momento de analizar y de divulgar el legado de un fotógrafo, que a lo largo de su intensa carrera fue capaz de construir una iconografía estrictamente alcoyana de cuyo contenido se ha nutrido el imaginario colectivo de esta ciudad. Es imprescindible una gran exposición en la que se ofrezcan al público todas las facetas de un artista poliédrico y completo, cuya cámara recogió durante año el pulso de esta ciudad.