“Serendipia”. Bonita palabra que significa “descubrimiento o hallazgo afortunado, valioso e inesperado”.
Hay ángeles que hacen una pequeña parada en la tierra, la revolucionan y sin más, se van. Y ella ha sido uno de ellos. Personitas que te clavan su sonrisa para siempre y que se queda en los corazones de todos eternamente. Pero esa mochila que trajiste no solo llevaba sonrisas, también contenía mucha constancia, esfuerzo y cariño, porque eras muy trabajadora y también un poco cabezota. ¡Cuántas cosas nos has enseñado en tan poco tiempo y qué huella nos has dejado! Una luchadora sin descanso, difícil de olvidar. Porque revolucionabas la tierra y ahora toca hacerlo en el cielo.
Pues así has cambiado mi vida, porque me has hecho considerar que minuto a minuto, la vida vale la pena y hay que estrujarla. Porque en un segundo, todo puede acabar. Que las cosas no son tan importantes como a veces creemos y que lo realmente valioso son las personas que tenemos a nuestro lado cuando algo no va del todo bien.
Me has enseñado que cuando una situación es buena, hay que disfrutarla, pero que cuando no lo es, hay que transformarla. Y si esta no cambia, hay que transformarse y cambiar uno mismo.
Todos tus juguetes han ayudado a que otros niños puedan disfrutar de ellos, gracias a la donación de tus papás. Así que tu sonrisa perdura en ellos.
Gracias por haber formado parte de mi vida. Por siempre y para siempre.