El Penáguilagate, el escándalo político que ha conmocionado a la opinión pública alcoyana esta semana, se ha convertido en un caso complejo y lleno de ramificaciones. A los pocos días de conocerse que el alcalde residía en la bella localidad de l’Alcoià, ha saltado la luz la noticia de la detención de un grupo de concejales que estaban construyendo un túnel para escaparse a este mismo pueblo durante los fines de semana para evitar los rigores de la normativa del cierre perimetral.
La operación “Arrapafuch” culminó el pasado miércoles, cuando agentes de la Guardia Civil arrestaron a un grupo de concejales (cuya identidad no ha trascendido) transportando grandes sacos de tierra desde el sótano de la Casa Consistorial a un contenedor de obra ubicado en la Placeta del Fossar. Tras el arresto, los miembros de la Benemérita descubrieron que los citados ediles habían excavado un túnel de 13 kilómetros de longitud entre el edificio del Ayuntamiento y un bancal de olivos cercano al casco urbano de Penáguila. Asimismo, también encontraron un ramal a medio construir que tenía como destino la Venta Nadal, aunque la obra se paró provisionalmente tras decretarse el cierre de los establecimientos hosteleros.
Inicialmente, los ediles detenidos señalaron que el túnel era una obra de mejora de la red de refugios de la Guerra Civil, afirmando que “nuestra única intención es usar nuestro tiempo libre para contribuir al desarrollo turístico de Alcoy”. Estas afirmaciones han sido rotundamente desmentidas por especialistas en historia local, que han señalado que “no hay noticia de ningún refugio comarcal y menos, de uno de 13 kilómetros, que atraviese los términos municipales de Alcoy, Cocentaina, Benifallim y Penáguila”.
Rumba
Al margen de estas actuaciones policiales, fuentes del Ayuntamiento de Penáguila han valorado de forma muy positiva estos sucesos, señalando que han contribuido a la promoción turística de la localidad, subrayando que “es un sitio tan bonito, que la gente incluso arriesga su cargo por venir”. Sin ir más lejos, el grupo musical Los Chunguitos de Caramanchel ha lanzado la rumba “¡Qué tendrá Penáguila, qué tendrá la costa, que todo el que llega allí se coloca!”, una versión alcoyana del clásico de los Chichos sobre Marbella en la que destaca un solo de dolçaina electrificada.