Los espectadores que siguieron el desfile de las entradas por televisión comprobaron con estupor la ausencia de los Abencerrajes. Hecho que fue fuente de muchas especulaciones ¿Habían aplicado los Abencerrajes una DUI y se habían ido por su cuenta a desfilar a Bañeres? ¿Estaban retenidos por alguna organización de damnificados de los colores fosforescentes? Nada de eso.
Según ha podido saber este diario el motivo se debió a que un guardia de seguridad de paisano que, a la sazón, era primo hermano de la mujer de una cuñada del Ministro Juan Ignacio Zoido, se hizo fuerte en el Partidor con un grupo de camelleros y – tal como sucedió el día anterior en el estadio Wanda – obligo a cada uno de los individuos Abencerrajes a despojarse de toda vestimenta de color amarillo so pretexto de acusarlos de un delito de odio al estar realizando propaganda independentista.
El momento provocó durante un tiempo una situación tensa y dejó para el recuerdo una serie de imágenes de extrema crudeza. Decenas de distinguidos miembros de la sociedad alcoyana en sandalias, leotardos y suéter marrón de cuello de cisne pululando por el Partidor.
Afortunadamente gracias a la intervención de unos negociadores de la Policía Municipal que amenzaron al grupo de camelleros unionistas con darles un par de hostias como panes, se pudo llegar a un acuerdo permitiendo que los Abencerrajes desfilaran en la entrada. Eso sí sin que aparecieran en televisión para no fomentar actitudes díscolas y secesionistas en otros territorios limítrofes. Y se acordó que, para no dar más publicidad al asunto, se informara que la ausencia de los Abencerrajes se debió a un fallo técnico.
No me lo podia de creer. Yo estaba allí. Asín sin más ni más, como quien no quiere la cosa se organisó un batistot que para qué. Quin poc trellat! Si total la pobre filada no se sabía de nada, y casi les dan para el pelo. Mi marido me dijo: anem-se’n Elvi, que acabarem resibint moatros. D’ací un moment volaran caires pels aires i mos arrancaran una xulla sense os…
Pero me creo de que todo se arregló más tarde y andaban en cansonsillos marrones como si fuesen Robin de los bosques, ese. Veas tú, veas tú…siempre tenemos la muerte en la garganta. Ni en fiestas nos dejan tranquilos! Pos xi que se’n vagen i mos deixen tranquils…no?