Alcoy se ha convertido en una ciudad pionera en el campo de la promoción inmobiliaria, al incluir por primera vez una cláusula teológica en los contratos de venta de varios pisos. Esta singular fórmula se aplicará en algunas viviendas del nuevo edificio que ha promovido el Arzobispado junto a la iglesia de San Roque, concretamente a aquellas que están pegadas a las paredes del templo. Sus compradores recibirán una indulgencia plenaria extraordinaria, que les dará derecho a ir directamente al cielo sin pasar por el purgatorio.
Mientras en la calle se desarrolla una intensa polémica urbanística afeando la cercanía de este bloque de pisos a la iglesia de San Roque, “Más falso que un Judas” ha podido desentrañar una cara inédita y poco conocida de este proyecto de construcción. La decisión de que los compradores de los pisos más pegados al templo vayan directamente al cielo se ha adoptado a modo de compensación por las molestias que generarán los toques de campana y los variados ruidos procedentes del recinto religioso. Fuentes bien informadas han señalado a este periódico que además de los campanazos y sólo con abrir las ventanas de su casa, los ocupantes de estos pisos privilegiados escucharán una media de tres misas diarias, así como todas las ceremonias religiosas que se celebren a lo largo de todo el año litúrgico, añadiendo que “no sabemos si estas personas se merecen el cielo, pero lo cierto es que con el paso del tiempo acabarán ganándoselo a base de santa paciencia”. Estas mismas fuentes aseguran que estas circunstancias adversas se valoran como una acumulación de méritos para poder acceder a la Gloria Eterna sin tener que pasar por las penalidades de una estancia temporal en el purgatorio.
Finalmente, fuentes eclesiales han desmentido diferentes rumores sobre las condiciones de compra y venta de estos pisos que se han extendido últimamente por la ciudad. Se niega rotundamente que los compradores están obligados a ayudar a misa como monaguillos tres veces por semana, que tengan que formar parte del coro de forma obligatoria y que se les exija la fe de bautismo para formalizar la operación ante el notario.