Los vecinos más madrugadores del triángulo urbano Chorrador – Serelles – Teular del Llonganisser se despertaron el pasado domingo con la sorpresa de ver a las puertas del Barranc del Cint entre 300 y 50.000 – nadie se ha tomado la molestia de contarlas – banderas españolas de pequeño tamaño perfectamente alineadas y cara al sol.
Desde un primer momento empezaron las especulaciones. Unos vecinos comentaban que podría tratarse de una acción publicitaria de la Asociación “Viva España Viva el Rey Viva el Orden y la Ley” que habría instalado las mencionadas banderas para librar a la izquierdosa ciudad de Alcoy de los malignos efectos del coronavirus. Otros vecinos, apuntaban, que el despliegue era fruto de una iniciativa del Departamento de Biología del IES Mare Ma Mare para señalar deposiciones de buitres endémicos del barranco; a fin de proceder a su posterior análisis en el marco del programa ‘Què caguen els nostres voltors’
Hay quien dijo que se trataba de una partida excedente de guirnaldas verbeneras no celebradas debido a la pandemia que alguien prefirió abandonar en el Teular ante la imposibilidad de coincidir con los horarios de apertura del EcoPark. Incluso se habló de que era un stock de un partido patriota que estaba a punto de caducar y que se decidió airear para evitar que la máxima expresión de los símbolos patrios se llenara de moho.
Al final todas estas especulaciones quedaron en eso, en meras especulaciones, cuando se descubrió el verdadero motivo que no era otro que la Regidoria d’Airuset i Transició Ecològica había decidido realizar esa instalación para detectar las posibles trayectorias del airuset cara a la temporada otoñal, temporada de resfriados y gripes para, con tiempo, poder tomar las medidas oportunas de prevención a base de rebequetes.
Preguntado a un portavoz de la Regidoria d’Airuset por qué no se colocó la enseña comunitaria en lugar de la estatal; este respondió que “en un principio estaba previsto utilizar señeras pero debido a la cercanía del 9 d’Octubre hubo que echar mano de las rojigualdas de las que hay un gran excedente que apenas tiene salida en la ciudad”.