La tensión acumulada durante el debate de investidura de Pedro Sánchez ha tenido una inesperada y dolorosa consecuencia para la retaguardia del político valenciano Esteban González Pons. En el fragor de la discusión política, se soltó un muelle del escaño del diputado y se le clavó en una parte especialmente delicada y oscura de su anatomía. El dicharachero parlamentario de Valencia empezó a gritar de dolor inmediatamente, aunque sus sonoros gemidos fueron confundidos con los abucheos que habitualmente sueltan los diputados del PP cuando interviene alguien del PSOE.
Finalmente, uno de los compañeros de González Pons se dio cuenta de que estaba pasando algo grave y llamó a los servicios sanitarios del hemiciclo. Los enfermeros descubrieron rápidamente que el parlamentario sufría lo que técnicamente se denomina “un pinche culero”, diagnóstico que se aplica habitualmente a las heridas causadas por un objeto punzante en el ojete del culo. No es una dolencia mortal, aunque sí resulta muy dolorosa.
Tras procederse al desenganche, Pons fue trasladado a los servicios de Proctología del Congreso, en donde se le hizo una primera cura. El aguerrido político valenciano volvió enseguida a su escaño, que había sido reparado. Participó en el resto de la sesión de investidura cómodamente sentado sobre un flotador de playa con dibujos de Bob Esponja.
Yo me di cuenta enseguida. Y se lo dije a mi marido:Toni a eixe li passa algo. Ponía cara de desficio, o por el estilo. El pobre, estrenarse por detrás con un muelle…se acordará siempre de la primera vez: un poco aixina, no se cómo decirlo, pero bo.
Ustedes se anteran de todo, parecen la Gaseta Regional…
Muchas gracias por estar siempre atentos para contárnoslo todo. En casa les seguimos con fruición y entusiasmo. Mi Toni no se acuesta si no les echa una ojeadita.
Atentamente
Xelito