Tras la polémica de las columnas de Santa María, la Asociación de San Jorge ha entrado en una nueva crisis. Un grupo de empleados de la entidad festera tiró a la basura hace dos semanas los elementos desmontados del Castillo de Fiestas, al creer que se trataba de un montón de tablones de madera viejos e inservibles.
Esta situación ha conmocionado al mundo festero de la ciudad. Hay que tener en cuenta que la pérdida se conoció una semana después de producirse los hechos, cuando los restos de la fortaleza festera ya habían sido trasladados a la planta de transferencia de basuras de Xixona por los empleados del servicio de recogida. La posibilidad de recuperarlos es muy difícil, aunque el Casal ha enviado a la localidad turronera a un grupo de expertos en patrimonio histórico para que revuelvan los desechos en busca de algún resto del castillo.
Ante la posibilidad de que esta pieza del decorado festero se haya perdido para siempre, la Asociación y el Ayuntamiento ya han buscado una solución de urgencia: el castillo festero se verá sustituido provisionalmente con una fortaleza hinchable de plástico. Aunque existe cierto temor ante los efectos que puedan tener las espadas de los capitanes y los trajes metálicos de los boatos sobre esta estructura, se piensa que ésta sería una buena manera de salir del trago. Como no hay mal que por bien no venga, las autoridades festeras y las municipales anuncian que la nueva fortaleza podrá ser utilizada por los niños durante las semanas previas a la Trilogía, planteándose incluso la contratación de un servicio de payasos infantiles para los días festivos.