El plan de regeneración democrática del PP está dando sus frutos y tendrá como máxima expresión una profunda reforma de la Ley Electoral. Según ha podido averiguar “Más falso que un Judas”, en la nueva normativa se exigirá la afiliación obligatoria al Partido Popular a todas aquellas personas que quieran presentarse como candidatos a unas elecciones. Desde Presidencia de Gobierno se señala que esta medida le aportará gran estabilidad a la democracia española, “ya que en el caso de que no haya mayorías absolutas, siempre podremos pactar con nosotros mismos”.
Desde las filas del PP se ha llegado a la conclusión de que el resto de las fuerzas políticas del arco parlamentario “son una pandilla de irresponsables, incapaces de gestionar un país y siempre dispuestos a sumirnos en una pesadilla castrista/chavista”. El equipo redactor de la nueva Ley Electoral califica de “medida lógica y normal” la exigencia de la afiliación al PP a todas aquellas personas que quieran concurrir a unos comicios, indicando que “es la única forma de garantizar que serán gente de orden, respetuosa con los principios democráticos y con la sacrosanta unidad de España”.
El anuncio de estos cambios legales ha provocado inmediatos movimientos en las filas del Partido Popular valenciano. Respecto a las elecciones a la Generalitat Valenciana, se especula con la posibilidad de que Alberto Fabra se enfrente a una lista encabezada por un primo suyo, que trabaja de asesor del PP en Benicolet. En Alcoy, se barajan hasta tres candidaturas: una de Rafa Miró, otra de Fernando Pastor y una tercera de Miguel Peralta, aprovechando que todavía no se había dado de baja como militante. En el Ayuntamiento de Valencia, nadie se ha atrevido a presentar alternativas a Rita Barberá y todo parece indicar que la alcaldesa renovará en el cargo por falta de contrincantes.