El último número de la revista Playboy, en su edición española, dedica, un extenso reportaje de siete páginas a la olleta alcoyana en el que se abordan distintos aspectos de la misma como: su elaboración multitudinaria (modo muntonà) en la Glorieta con motivo del Mig Any, su alto contenido calórico y, sobretodo, la dimensión erótica del guiso.
Según ha declarado a este diario Tomás Turbado, autor del reportaje, ‘en la olleta todo rezuma a sexo, empezando por la rima fácil que ofrece su nombre: olla y siguiendo por los ingredientes: ceba, penques, butifarras, nabos y, ¡por si fuera poco! mongetes ¿Quién no recuerda ‘Interior de un convento’?…
El reportaje también recoge las expresiones de alto contenido sexual con las que los cocineros acompañan la preparación como: ‘A vore on poses la botifarra’, ‘Se m’ha quedat dura la fava (o el fesol)’, ‘Vols deixar de toquetejar les mongetes’, ‘Mira la penca que se me trenca’,’Poc a poc que tinc la bajoca al foc’ entre otras.
Por último el autor insiste en que ‘pese al erotismo del plato, la olleta alcoyana no es en modo alguno afrodisíaca puesto que su capacidad de excitar también el esfínter pilórico y darle alegría al yeyuno la convierten en una comida poco apta para favorecer la práctica del acto sexual en su modalidad romántica’