El XIV Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco concedió este pasado miércoles a Alcoy el título de ‘Ciudad de la gente que se disfraza de cosas’, una distinción que reconoce a la ciudad de los puentes como la urbe del mundo en la que se más aprecio se tiene por los disfraces, incluyendo tanto el mundo real (el del coronavirus) como el irreal o imaginado (los tebeos de Mortadelo)
Para la concesión de este importante premio la UNESCO ha tenido en cuenta el hecho de que un ciudadano/a de tipo medio en Alcoy tiene la oportunidad de disfrazarse una media de ochenta veces al año, comenzando por la Cabalgata de los Reyes Magos (bien en la modalidad de egipcio antorchero o de paje real), siguiendo por el de capuchino/a de Semana Santa; el de moro, cristiano, chica del boato o heraldo con peluca en las Fiestas de Moros y Cristianos y el de modernista con, o sin, miriñaque.
Todo eso sin contar con la posibilidad de vestirse de faralaes en una caseta de la Zona Norte el Día de Andalucía, de troglodita el día del Ros, de masero el día de San Isidro, o de Satisfyer Pro 2 Next Generation en el Carnaval de reciente creación.
Por otra parte la UNESCO recuerda que “disfrazarse es muy saludable, pero depender de algo externo como un disfraz para poder comportarnos de forma natural, no lo es” y reconoce que “si traspasamos cierto límite se podría convertir en algo perjudicial para nuestra salud mental”.