Los redactores de Más Falso que un Judas, pretendida sección de humor de la revista digital Tipografia La Moderna, han tenido que salir a la calle disfrazados como las componentes de “The Faith Tones” -legendario grupo musical de los años sesenta del siglo pasado- para evitar la ira de un grupo de haters de la publicación que la semana pasada se mostraron indignados ante un artículo que hacia mofa, befa y cuchufleta de la propuesta de nuevos estatutos de la Asociación.
En la lista de lindezas dedicadas a estos periodistas figuran todo tipo de improperios. Destacan por su contundencia los que les niegan su patriotismo y su condición de alcoyanos, entre los que figuran expresiones del tipo: no pararemos hasta echaros de esta ciudad, vamos a plantear una ILP al Ayuntamiento para que os declare personas non gratas o sois una vergüenza para la industriosa ciudad del Serpis. También se han recibido amenazas puras y duras, del tipo: mala puñalada os den en medio del corazón que cuando más corráis más os duela y cuando paréis reventéis o a mí eso no me lo decís en la cara. Finalmente, se han recibido insultos simples casi ascéticos, del tipo: pandilla de imbéciles, os podéis meter la Tipografía en donde no brilla el sol o necesitáis ayuda psiquiátrica.
Atenazado por las críticas, uno de los redactores de Más Falso que un Judas ha pedido públicamente disculpas a los lectores de Tipografia La Moderna, incluso a aquellos que solo leen los titulares, por si algún comentario les ha resultado ofensivo. Este individuo promete que intentarán con todas sus fuerzas no volver a tocar el tema festero aunque – anticipa un segundo redactor – “lo veo difícil porque la verdad es que en el Casal con lo de la participación femenina llevan una temporada que están que se salen”. Finalmente, un tercer redactor se ha limitado a declarar que “menos mal que se nos ha ocurrido disfrazarnos de las The Faith Tones porque si por una de esas cosas se nos ocurre disfrazarnos de pajes la liamos todavía más”.
Hay que señalar finalmente, que los tres redactores de esta revista satírica se plantearon la posibilidad de salir a la calle con capucha, pero finalmente la descartaron al comprobar lo elegantes y atractivos que habían quedado con los cardados del grupo musical sesentero. Fuentes de la publicación señalaron que con este disfraz se quiere hacer un homenaje al cardat alcoià, “porque a nosotros a alcoyanía no nos gana nadie”.