Tras su traslado al grupo de los no adscritos, el concejal Mario Santacreu se descuelga con una insólita vena ecologista, que le ha llevado a convertir la conservación de la Font Roja en uno de sus temas prioritarios. Conviene recordar, sin embargo, que nos hallamos ante un miembro destacado del gobierno municipal que quiso cederle el corazón del parque natural a un dudoso promotor inmobiliario para que construyera un hotel, en lo que era uno de los más extraño ejercicios de conservación del medio ambiente que se conocen por estas tierras.
En un artículo de opinión, Santacreu se muestra muy crítico con la gestión que ha hecho el actual gobierno municipal en la Font Roja, señalando el mal estado en que se encuentra la zona de los chalés y cuestionando la paralización del plan para instalar cámaras de vigilancia en la entrada al parque natural. Aunque la inoperancia del actual gobierno municipal en la Font Roja es una clamorosa evidencia, el edil tránsfuga no es precisamente la voz más autorizada para criticar esta situación: su gobierno dejó derrumbarse los chalés, descuidó totalmente la atención al paraje e intentó su privatización promoviendo una infraestructura hotelera en medio del más absoluto rechazo ciudadano.