En una entrevista publicada por Pagina 66, Rafa Miró candidato a la Alcaldía de Alcoi por el Partido Popular declaró que tenía la intención de permanecer en el Ayuntamiento durante cuatro años aunque no fuera elegido, explico su política de pactos que básicamente consisten en a) reconducir la situación de Alcoinnova (darle todo lo que pida) b) reformar la administración local (sacar a los del PSOE, IU y si queda alguien de Compromís, y poner a los del PP) y c) crear empleo. Esto último hay que ponerlo por fuerza en todos los programas aunque nadie sepa cómo se hace.
Pero siendo interesante esta parte de la entrevista (que no lo fue) lo realmente impactante sucedió cuando el candidato Miró se vino arriba y declaró sin ambages que ‘quería darle a Alcoy gasolina’. Mal. Alguien debería recordarle al alcaldable que Alcoy y gasolina no deben ir nunca juntas en una misma frase. De hecho ni gasolina, ni gasóleo, ni petróleo, ni cualquier otro combustible fósil. Recuerden la última vez que a alguien se le ocurrió darle a Alcoy gasolina lo que pasó. Faltó un pelo para que no nos convirtiéramos en el Liechtenstein de la provincia de Alicante.
Y si la excusa es que lo del Petrolio ocurrió hace mucho tiempo, que la gente joven ya no recuerda aquellos luctuosos hechos y que Rafa Miró es un alcalde joven para la gente joven. Peor me lo pones. Porque seguro que a cualquier persona menor de 30 años al oír las palabras dar y gasolina en una misma frase le viene a la mente el regetón de Daddy Yankee: A ella le gusta la gasolina (dame me gasolina)/ Com le encanta la gasolina (dame ma gasolina)/ Ella prende las turbinas / Llena su tanque de adrenalina / Cuando escucha el reggaeton en la cocina.
Lo que provoca que sin comerlo ni beberlo acabe uno imaginandose a Rafa Miró con gorra, chupa de cuero, pantalón caído que deja entrever calzoncillo y parte del lector de tarjetas, contoneándose como un poseso en medio de un coro de mujeres de pecho prominente y largas piernas desnudas, rapeando y gritando que: Rafa trae para Alcoi la gasolina / que se pone en La Canal y no contamina / la gasolina. Imagen que sin duda tiene un potente gancho electoral pero que, probablemente, no estará bien vista por los sectores más reaccionarios de su partido.