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El verano más extraño de nuestras vidas
Javier Llopis - 05/08/2020

Mascarillas omnipresentes, playas con el aforo limitado, ausencia de turistas extranjeros, hoteles vacíos y una sensación general de temor imposible de controlar. El verano de 2020 será por derecho propio el más extraño de nuestras vidas. Paco Grau se ha dado una vuelta por la costa y nos ha contado la historia de las playas de la pandemia.

Cualquier parecido con la normalidad es pura coincidencia. La imagen que presentan este año las localidades costeras de la Comunitat Valenciana no se parece a nada que hayamos conocido con anterioridad. Aunque los ciudadanos y los gobiernos intentan reproducir algo del esplendor de “sol y playa”, la realidad está muy lejos de esta imagen idílica. La aparición de rebrotes y el temor a una segunda fase de la pandemia han disparado las medidas de control y de protección. En nuestras playas se van superponiendo postales imposibles en las que se mezclan los elementos clásicos de la iconografía vacacional con el paisaje intranquilizador de una catástrofe postnuclear. Al final, nos dejan un conjunto amenazante marcado por la contradicción.

Millones de españoles hacen un esfuerzo por recuperar algo del brillo de los veranos perdidos. En medio de fuertes restricciones a la actividad playera cotidiana, cada día se intenta el milagro de olvidarse del riesgo sanitario y de la crisis económica. Rostros enmascarados, hoteles cerrados y hamacas esperando clientes nos recuerdan que estamos en el año del coronavirus y que cualquier intento de hacer vida normal puede saltar por los aires en cuanto cambie el rumbo de las estadísticas y se declare algún brote.

Si a esto le añadimos la ausencia prácticamente total de turistas extranjeros, aparecen unas áreas turísticas radicalmente transformadas, que en algunos momentos presentan el aspecto de un decorado delirante para una obra de teatro delirante en la que faltan los actores principales.

No será fácil olvidar este verano de 2020. Las fotografías de Paco Grau, tomadas en Benidorm, son ya parte de la crónica histórica de un periodo de tiempo terrible en el que todos vivimos entre el temor y la incertidumbre.

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