Está situada en uno de los parterres del Parterre, en lo que vendría a ser el ala este de la plaza Pintor Gisbert – que en Alcoi es como decir el ala oeste de la Casa Blanca. De lejos se asemeja a un mojón de esos que delimitan propiedades, indican altitud, señalan algún kilómetro o anuncian el paso invisible de un meridiano. También puede parecer una lápida común – ayuda el hecho que esté situada sobre un abombamiento del terreno – que evita que caigan en el olvido un puñado de restos humanos. O animales, con los ricos nunca se sabe. Pero falta el ramo de flores secas y la cinta con el recordatorio.
Cuando te acercas compruebas que no van por ahí los tiros. Que no se trata de una cosa ni de la otra. Tampoco es que descubras enseguida de qué se trata, porque si tienes esa edad en la que se comienza a flirtear con la presbicia y la mala suerte de que el sol ilumine la placa no distinguirás nada. Tendrás que esperar a que las ramas de la joven carrasca – que hay junto a ella – den sombra a la superficie bruñida para descubrir que tanto la Quercus ilex como la chapa de metal son fruto de la celebración que el 4 de octubre de 2009 conmemoró los 25 años de existencia del Grup de Dances El Carrascal.
Y ahora una pregunta: Si una carrasca y una placa señalan la efeméride en la historia de El Carrascal ¿qué se les ocurrirá a los asesores de cultura para conmemorar este año el XXV aniversario de la La Degollà?