Una de las cosas que más me molesta al escribir esta columna es ser continuamente crítica, daría la mitad de mi IBI por hacer una columna llena de noticias buenas y optimistas sobre la evolución del centro urbano de Alcoy. Pero es imposible. Y mira que busco y rebusco, pero la sensación que tengo es que se trabaja a base parches y tiritas. Y claro a base de ñapas no se arregla nada.
Lo más novedoso de este verano es que ha habido un traslado de vecinos en el centro. De la calle San Juan se han llevado la Pandilla del Gallo a la calle San Francisco. Recuerdo el año pasado subir por la calle San Juan un poco atemorizada por si salía la Pandilla con el gallo en las manos. Recuerdo que pregunté a todo el mundo si eso no era ilegal. Evidentemente no era por tener un gallo, sino por el uso que le daban. Porque evidentemente no era mascota ni lo estaban criando para la Navidad…Nadie supo responderme
Pues la Gallipandi vive ahora en la calle San Francisco, con sus fiestukis, su gallo y sus guitarras para deleite de los vecinos y los comercios que aún siguen esperando el estudio sobre seguridad en su calle encargado a nosequién. Espero que los responsables comuniquen a los que hacen este estudio esta nueva variante (Gallipandi) porque creo que afecta bastante.
Seguro que hay alguien optimista que pensará que al menos ya se puede pasar por la calle San Juan sin problema. Pues no, ahora te tiran aguas fecales desde los balcones, al estilo medieval. Pero noproblemo, estamos mejorando el centro en plan recreación histórica.
Por cierto, también han llegado nuevos vecinos. En concreto tenemos nuevo ocupa en la calle La Cordeta. Lo de la ocupación es lo de menos. Lo que más miedito da es cuando sale colocado hasta las trancas dando gritos, golpes y tirando maletas en medio la calle La Cordeta.
Así que de momento tenemos cortadas la calle San Juan, la calle San Francisco y la calle La Cordeta.
Pero no acaba ahí todo, resulta que hay unos niños en la calle Casablanca que se ponen a jugar al futbol en medio la calle a pesar de los coches y los transeúntes. Se ponen justo a jugar detrás de la curva y antes de llegar al Hostal Savoy, con el consiguiente susto de todos los que pasan por allí. Sobre todo, de los conductores, y ante la indiferencia de padres y de autoridades. Y de los niños, que no son precisamente angelicales. Yo que soy de imaginación desbocada me acuerdo de aquel caso de Valencia dónde un conductor atropelló a un niño y casi lo linchan o lo lincharon… ains.
Enfins, no perdamos la cuenta. En estos momentos tenemos cortadas la calle San Juan, la calle San Francisco, la calle La Cordeta y la calle Casablanca.
Con los nuevos vecinos han vuelto los ochenta y por consiguiente y no hablo de oídas vuelven a robar los radiocasetes de los coches (sufrido en mis carnes), roban los instrumentos musicales de los bajos y atracan los comercios. Así que seguimos con la recreación histórica del centro de la ciudad de Alcoy pero esta vez rememorando lo peor de La Movida y donde la heroína no era protagonista de ninguna novela, sino de una realidad muy burra que yo ya pensaba desterrada.
Por último y no menos importante es la gran cantidad de ratas que circulan por Alcoy. Y no es un eufemismo y ni siquiera están localizadas en un sitio especial. Quiero decir que yo he visto una que era más grande que mi gato en La Glorieta, otra en Cervantes, en el parque infantil para más inri y la última y la más intimidante, más que la Gallipandi, en la calle San Juan. Hice fotos, pero no las pondré porque dan más miedito que el yonki de La Cordeta y su maleta.
Con lo cual y sumando las basuras sin recoger, la vomiteras y demás expulsiones físicas de personas maleducadas que vienen de fiesta al centro, los bares normales cerrados a las 12:30 dejándonos desamparados y sin refugio por normativa municipal y los clubs privados abiertos hasta las tres de la mañana sin dejar dormir a nadie, los coches a toda milk por la calle San Nicolás, los atracos a comercios, las cacas de megaperracos, las ratas gigantes, los yonkis nuevos más los yonkis de siempre (sí, aún están) más la Gallipandi y el palmeo y los niños gamberros, si sumamos todo eso el centro de Alcoy se ha convertido en zona de asedio.
Lo que me pregunto es cuando te dan la ayuda esa para arrendar un local en el centro, la licencia de apertura al público que te exigen contempla todos estos especímenes… O pagas, encima un plus por disfrutarlos.