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Punto de vista
La semana: carteles, motosierras y un poco de queso
Alcoy entra en su periodo festero con una actualidad llena de noticias con segundas lecturas
Javier Llopis - 04/04/2014
La semana: carteles, motosierras y un poco de queso

Alcoy entra en pleno periodo festero con la presentación de un cartel de alta calidad, que gracias al cielo y a las habilidades de su autora se ha situado por encima de las polémicas. La semana discurre con noticias llenas de retranca y de segundos sentidos: la Diputación paraliza definitivamente la extraña carretera Penella/Barranc de la Batalla y las motosierras vuelven a sonar en los montes de la comarca.

Tocar madera

De momento, la cosa no puede empezar mejor. Mónica Jover ha pintado un precioso cartel de Fiestas, en el que se combinan en sabias dosis la modernidad pictórica y los iconos casi obligatorios de una obra destinada a anunciar los Moros y Cristianos de Alcoy. No hay grandes polémicas, ni han surgido las temidas furias críticas de esos miles de alcoyanos, que cada mes de abril se transfiguran en dogmáticos guardianes de las esencias del arte. Hemos superado con nota la primera prueba en el largo proceso que nos separa de una Trilogía atípica, que se celebrará en mayo. A partir de ahora, hay que tocar madera para que el prólogo festero se pueda desarrollar sin grandes sobresaltos. Es un periodo del año especialmente delicado, en el que siempre suele aparecer una asamblea de filà que veta por razones inverosímiles a un grupo de mujeres, alguna extraña normativa que pone en riesgo el Alardo o algún bocazas capaz de armar la de San Quintín con alguna declaración extemporánea y provocadora. A partir de ahora, sólo nos queda rogar para que Dios y San Jorge nos mantengan a salvo de estas efusiones abrileñas y para que con su sagrada intercesión logren el milagro: que por una vez en la vida, los alcoyanos podamos tener la Fiesta en paz.

Gracias a la crisis

La crisis económica también tiene sus aspectos positivos. El diario Información anuncia que la Diputación Provincial ha enterrado de forma definitiva el proyecto de carretera entre la partida contestana de Penella y el Barranc de la Batalla. Nos despedimos así de una de los proyectos de infraestructura más extraños, caros e inexplicables de la reciente historia de estas comarcas. Esta carretera, que iba a costar una millonada, se gestó con la peregrina excusa de ofrecerles a los contestanos una conexión con la autovía que les evitara el paso por el casco urbano de Alcoy, sin tener en cuenta que en breve iba a perder toda su utilidad, ya que estaba a punto de construirse la circunvalación alcoyana. Si en la película “¡Qué bello es vivir!” se dice que cuando alguien oye una campanita, es que un ángel acaba de ganarse las alas; en la puñetera vida real hay otro axioma infalible: cuando vean una obra pública cara e inútil, estén absolutamente seguros de que en algún lugar de este mundo hay un político feliz llevándose una comisión a la buchaca. Nunca falla.

La larga sombra

El gobierno municipal de Alcoy está desarrollando un interesante proceso de consultas con el movimiento vecinal, con el fin de recoger sugerencias para el nuevo PGOU. Esta actividad está provocando fenómenos curiosos. Los vecinos del Ensanche pedían la recuperación del modelo de bulevar impulsado por José Sanus; los de Santa Rosa plantean la reactivación del auditorio propuesto por el ex alcalde socialista para la manzana de Rodes y ahora, sólo queda que los del centro pidan la resurrección del Plan ARA para completar el “déjà vu”. Es un extraño regreso al pasado, como si los once años de ayuntamientos del PP hubieran sido un paréntesis absolutamente vacío de contenidos. La sombra de Sanus es muy alargada y muchos de sus proyectos siguen flotando entre nosotros; la razón es muy simple: a este hombre, a veces, se le ocurrían unas ideas cojonudas.

Poderes mágicos

Para los políticos españoles, las leyes y las ordenanzas son algo parecido a las varitas mágicas de las hadas madrinas. Nuestros gobernantes están convencidos de que las alambicadas normativas legales tienen poderes taumatúrgicos, capaces de resolver problemas de cualquier tipo. La fallida ordenanza sobre terrazas de bares en Alcoy es una buena prueba de la falsedad de esta creencia. De un total de 70 establecimientos que hicieron la solicitud, sólo 6 han cumplido todos los requisitos. Más claro, agua: la normativa municipal no sirve para atender la demanda social de los hosteleros y de los clientes. Llega el momento de la revisión, llega el momento de olvidarse de las disposiciones y de los decretos, para sustituirlas por el sentido común. A la gente le gusta que los bares tengan terrazas, los bares obtienen buenos beneficios con las terrazas y tampoco debería ser tan complicado tener contento a todo el mundo.

El imperio de la motosierra

La noticia –seis grupos ecologistas denuncian la tala de miles de pinos en Castalla- parece sacada de la hemeroteca. Parece pertenecer a otros tiempos lejanos, en los que nadie sentía el más mínimo respeto por el patrimonio natural y en los que los colectivos conservacionistas asumieron el papel de solitarios y permanentes vigilantes de las tropelías contra el medio ambiente. Durante un largo periodo de tiempo, este tipo de situaciones desapareció de las páginas de la actualidad y todo parecía indicar que los particulares y la administración pública habían asumido la necesidad de actuar con rigor y prudencia en nuestros montes. La crisis económica, moral y política de la Generalitat Valenciana nos ha devuelto a la casilla de salida. La política ambiental de nuestro gobierno autonómico es tan desastrosa y tan renqueante como su política sanitaria, su política educativa o su política en materia de servicios sociales. Partiendo desde esta premisa, resulta perfectamente “normal” que las motosierras acaben con nuestros bosques sin que la autoridad competente se digne a mover un dedo.

Soluciones drásticas

Un tipo aparca la furgoneta en una calle céntrica de Alcoy. Abre la puerta trasera y saca un par de piezas de queso tierno con un aspecto suculento. Con este sabroso material en la mano, va abordando a los transeúntes al grito de “¿Quiere un “formatge blanquet”, son artesanales y están recién hechos?”. La gente se queda sorprendida ante este insólito sistema de venta callejera y algunos acaban comprándole un par de quesos al simpático vendedor. A grandes males, grandes remedios. La crisis ha puesto patas arriba la macroeconomía, la microeconomía y hasta el tradicional sector de los comestibles. Soluciones drásticas y mucha imaginación para estos tiempos tan perros.

Embajador por un día

La decisión de hacer visitable el castillo de Fiestas abre la posibilidad de que miles de alcoyanos vean cumplida por fin su más secreta fantasía: subirse al balcón de esta construcción de madera y declamar ante la plaza de España los textos de su Embajada preferida. Da igual que sea un lunes laborable y que la gente de la calle vaya a su bola: un día es un día. Estoy absolutamente seguro de que la apertura al público de la fortaleza festera tendrá más éxito entre los aborígenes que entre los turistas.

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