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Punto de vista
El embrión de Óscar Cano
Un análisis del arranque de temporada del C.D.Alcoyano.
Nacho Dorado/ Mauro Colomina - 17/09/2014
El embrión de Óscar Cano

El Alcoyano de esta temporada no es el Alcoyano de la pasada. Muchas cosas han cambiado. Aunque se ha intentado mantener a gran parte de la plantilla jugadores que fueron determinantes en la temporada pasada como Rayco ya no están y el presupuesto para sueldos lejos de subir ha disminuido, hecho nada reprochable, al contrario, admirable por parte de la directiva en un acto de contención, racionalidad y austeridad (austeridad de la buena).

La entrada de Óscar Cano como entrenador fue visto por parte de la afición y de la directiva del Alcoyano como un salto cualitativo en los métodos estratégicos del juego. Óscar Cano es un entrenador joven pero con carácter. Un estratega, carismático y trabajador que antes que pretender que sus jugadores se adapten a su filosofía de juego prefiere adaptarse él a las características de sus jugadores, lógico. Una anécdota que ilustra muy bien la mentalidad de Cano y el nuevo juego del Deportivo sucedió en un entrenamiento cuando propuso probar un juego más combinativo, más de toque, como nos venía acostumbrando el Alcoyano de Porras. Al final el mismo entrenador estalló en un grito cuando, pasado escaso tiempo, un jugador recuperó el balón y lo lanzó en largo. «¿Veis, os estáis viendo? No podemos luchar contra vuestra naturaleza» sentenció el entrenador.

El entrenador, procedente del Betis B, ha iniciado y está instaurando un cambio de juego, sino radical, muy grande. Otra cosa es que funcione. Que el planteamiento sea el adecuado. Que le falte tiempo para rodar al equipo, para que se adapte, sobretodo, para que sus métodos surjan efecto.

El partido de Copa del Rey contra el Nàstic demostró que puede funcionar. Otros piensan que fue puro espejismo. Personalmente, preferimos inclinarnos por la primera, aunque, recordemos, el equipo titular era el mismo que disputó contra el Nàstic.

El encuentro contra el Huracán demostró que hay mucho por trabajar aún. Que el equipo no está cómodo.

Cano, hombre cauto, ya a principio de temporada remarcaba que no iba a hacer pronósticos. Fue inteligente porque sabía de la dificultad que entraña la categoría y, concretamente, el Grupo III. Y aludía a hacer una buena primera vuelta y ya veremos después.

El partido del domingo contra el Huracán trae consigo, con su resultado y el juego del equipo local, incertezas. Se vio a un Alcoyano poco intenso, poco incisivo por las bandas -como, por el contrario, sí lo fue el miércoles-, nula presencia en el centro del campo y un Francis Ferrón sólo en la punta de ataque. Javi Rubio no apareció y se le vio desorientado como nexo entre el centro del campo y la delantera y fue sustituido durante el segundo tiempo; a Julio de Dios le hace falta rodaje después de una temporada entera sin disputar ni un partido; y Carles, jugador comodín usado desde lateral izquierdo, extremo o mediocentro, no consiguió conectar bien con sus compañeros.

El equipo acusó el cansancio de la Copa y una enfermería saturada que conlleva pocas alternativas en el juego. No obstante se vio un Alcoyano monótono, sin intensidad ni en el principio ni, a penas, en el final.

El primer tiempo del partido fue espeso, el Alcoyano no consiguió tener el control pero tampoco crear oportunidades, perdió muchos balones y la medular del campo con los ya mencionados De Dios, Javi Rubio y Carles Salvador no consiguió conectarse ni entenderse como para llevar el timón del partido. Las bajas de Bello y César se sufrieron, dos jugadores importantísimos en el planteamiento y funcionamiento colectivo, el primero por su desequilibrio, verticalidad y capacidad de crear desorden en el equipo rival; el segundo por su trabajo y su aptitud de equilibrar, dirigir y contagiar fuerza.

Rubén Ramos, que entró en el minuto 82, le dio más verticalidad al juego, más energía y tuvo su oportunidad que no fue transformada en gol.

Una de las justificaciones del mal partido por parte de la prensa y jugadores se basan en el cansancio físico, sin embargo Cano recalca y le da mucha más importancia, en sus declaraciones post partido, al cansancio mental, hablaba de la fatiga cognitiva, que no por ser cierta deja deja de ser interesante escucharlo por inusual. El Deportivo lleva en quince días cuatro partidos, en los cuales los mismos jugadores, entrenador y afición exigen partido a partido una victoria. Y durante esas dos semanas se vivieron partidos muy intensos como el de Copa contra el Sta. Eulalia, en el que se llegó a penaltis u otro contra el Elda, en el que el equipo perdió por tres goles a uno en un partido en el que se vio totalmente sobrepasado. No parece inocente que Cano aluda a ese tipo de cansancio por encima del físico. La carga mental es grande y más si el equipo es joven, que se da el caso.

Sin duda la calidad estratégica del entrenador del Alcoyano no se puede poner en duda, tiene las ideas claras y un acreditado carácter trabajador. El mal partido se puede justificar: cinco jugadores lesionados con la consiguiente dificultad de establecer el mejor dibujo táctico y que también provoca falta de competencia entre jugadores en algunas posiciones, la falta de partidos, de adaptación, un equipo fatigado mental y físicamente, una corta pretemporada y un largo etcétera.

Son muchas las justificaciones y esperemos que sean precisamente eso, justificaciones y no pasen a ser excusas, porqué las justificaciones no excusan, sino explican.

@NachoDoradoV, entrenador y coordinador F8 del Esides Caramanchel C.E., colaborador en EducaEntrenadores.com y socio aficionado del C.D. Alcoyano.

@MauroColomina, politólogo y socio aficionado del C.D. Alcoyano.

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