José Manuel García Maurín, nació un 13 de enero del 97. Los parroquianos que acudimos al Collao los domingos o seguimos al equipo, lo conocemos como José García. Aunque su futuro ya está lejos del Alcoyano, concretamente en el Extremadura, lo cierto es que ha sido de los jugadores que más calidad ha mostrado en el campo y regularidad cuando ha jugado. Durante el verano pasado ya pensó que iba a salir del Collao, pero no fue así: “al final empecé a entrenar, tenía contrato y me sentía bien aquí y sólo pensaba en hacer una buena temporada con el Alcoyano y crecer, porque soy joven y, evidentemente, quiero aspirar a más”.
Pero vayamos al principio…
Vino un 3 de agosto a Alcoi para fichar por el equipo, según él “necesitaba cambiar de aires” y a la vista está que, además, ha aprovechado el tiempo aunque los resultados no estén acompañando últimamente.
Para el que escribe este texto Jose García es un chaval, pero eso en el Alcoyano nunca ha sido problema, afirma tener un «carácter fuerte» y eso siempre ayuda a que te respeten en un grupo, en este caso, en un vestuario. Cuando somos jóvenes todos hemos tenido que pasar por el aro, y agachar la cabeza, aunque Jose se resiste. «Nene, contigo no hay remedio, eres muy cabezón» le suelta de vez en cuando con cariño el capitán Mario Fuentes. Eso no quiere decir que le falte madurez, todo lo contrario, «en el fútbol anticipas etapas» remarca el jugador, «ten en cuenta que cuando tenía 16 años empecé a entrenar con tipos que tenían más de 30», uno de ellos, el clásico Nino, ahora con 37 años, 17 más que Jose, con el que afirma llevarse muy bien y haber aprendido de él.
Y es que esta suerte llamada fútbol siempre ha juntado a Jose García con gente más mayor. Que lo llamen o consideren de vez en cuando “el niño” o “niño” no le molesta “porque no me tratan como un niño. Mi día a día es con gente más mayor que yo, llevo desde los 16 tratando con gente que por entonces me doblaba la edad”. Es lo que tiene el talento, que te hace subir, recordemos que era el jugador más joven la temporada pasada en el Alcoyano, y es lo que tiene también el fútbol, que lo que aporta un chaval, no lo aporta un veterano, y viceversa.
A Jose Garcia la tradición osasunista le viene de largo, su hermano empezó a jugar en las categorías inferiores del Osasuna antes que él y con 8 años cogió su testigo hasta los 19 que se marchó, “toda una vida”, y más si tienes 21 años y casi la acabas de comenzar.
Pero como todos los que suben, Jose ha tenido tiempo para todo en el fútbol, para disfrutar y también para sufrir. Con 13 o 14 años no se es muy consciente de tu sitio en el mundo y para Jose Garcia no era diferente: «con 14 años no nos gustaba entrenar tácticas, nos dedicábamos a jugar a darle al larguero, a despistar al portero… y el entrenador siempre nos gritaba ‘¡al suelo, cien!’ que quería decir que teníamos que tumbarnos en el césped y hacer cien abdominales. Al final, con los años, me lo volví a encontrar y se lo agradecí, porque gracias a él tenía unos abdominales que no hubiese tenido sin él. Él se reía, pero bueno, era gamberrete».
Debutó en primera división un 8 de noviembre de 2013 en el Sadar, contra el Almería. Era la época de Javi Gracia como entrenador y el segundo entrenador, Alfredo Sánchez, le comunicó el día anterior que estaba convocado para el partido. A Jose García, con 16 años, las preguntas se le amontonaban pero Alfredo fue conciso y jocoso: “tú tranquilo, descansa en el hotel y mañana estate atento por si el entrenador se equivoca y te pone durante el partido”. Y así fue, suponemos que con toda la intención Javi García hizo salir a Jose en el 65 desde el banquillo compartiendo campo con jugadores como Oriol Riera, Armenteros o Roberto Torres. Perdieron 0-1 en casa, pero eso no empañó su debut. “Ese día fue muy bonito, el recibimiento y el trato de la grada fue tremendo. A partir de ese momento supe que el fútbol tenía que ser algo más serio para mí”. Ese fue el punto de inflexión para Jose García, el momento en el que la materia gris del cerebro se pone de acuerdo, focaliza y siente que ha venido al mundo para eso, en el caso de Jose García: para jugar al fútbol.
A pesar de que el Osasuna es el equipo que late en su pecho, la temporada antes de recaer en el Alcoyano, el de Iruñea se fue un poco desencantado. “Venía de no jugar, de no sentirme bien conmigo mismo… cuando ascendimos con el Osasuna a Primera, estábamos en el bus y pensaba que ese debería ser uno de los días más felices de mi vida, pero me daba cuenta de que puede ser el último como rojillo”, sostiene. Jose García tenía puesta la vista fuera de su tierra muy a su pesar y recaló en Alcoi…
***
La semana que viene se publicará el segundo fragmento de la entrevista-reportaje en el que habla de su experiencia en Alcoi y sus inicios con el Alcoyano.