Ésta fue la semana en la que Alcoy salió en todos los telediarios tras una accidentada procesión de Els Xiulitets. Vivimos un día de San Jorge atípico y corrió de ordenador e ordenador una revista digital con la impactante imagen de un moro y un cristiano dándose un beso. Los autobuses urbanos siguieron como siempre: obsequiando a los alcoyanos con largos viajes turísticos por la ciudad.
Los dos minutos de fama
Alcoy disfrutó de sus dos minutos de fama televisiva gracias a la aparatosa caída de la Virgen durante la accidentada procesión de Els Xiulitets. Si la imagen exterior de una ciudad se mide por sus apariciones en los telediarios y en los medios de comunicación nacionales; la verdad, es que los alcoyanos lo tenemos crudo. Ahí va una pequeña lista con algunos de nuestros asuntos locales que cruzaron la frontera de la Comunitat Valenciana: gente agotando las reservas de agua mineral de los comercios durante los brotes de legionela, problemas con la participación femenina de la mujer en la Fiesta, follón con el ganador de un Premio Nadal que hacía una descripción siniestra de la ciudad en su novela, grupo de moras con burka acompañando al capitán moro, lío con la ausencia de escuadras moras en el viaje festero a Nueva York o rodaje de la película Manolete. Ni un puñetero éxito empresarial, ni una puñetera obra de ingeniería y ni una puñetera actividad cultural. Aunque la primera reacción consiste en acusar a los medios de comunicación de amarillismo y de superficialidad; resultaría mucho más saludable hacer una reflexión sincera sobre esta espectacular acumulación de asuntos pintorescos.
Gloria bendita
Tarde del Domingo de Gloria. Dos alcoyanos acaban la comida familiar en una casa del barrio de Santa Rosa. Como están cansados tras esta intensa jornada festiva y como viven en la parte más alta de la Zona Alta deciden coger el autobús. Se sientan en la parada que hay enfrente del Mercadona de Santa Rosa a las cuatro menos cuarto. El vehículo del transporte público llega pasadas las cuatro e inicia un delirante recorrido en medio de unas calles totalmente vacías. La tournée arranca con un instructivo viaje a Batoy, que incluye una parada de casi 10 minutos en el barrio. Tras el descanso, el autobús desanda su camino, va por la antigua vía, recorre hasta el último rincón del barrio de Santa Rosa, baja por Isabel la Católica, llega a la Alameda y por el puente de San Jorge accederá al centro. Llegará a la calle Caballero Mérita en torno a las cinco de la tarde. Entre esperas y viaje real, la aventura turística por Alcoy ha durado una hora y cerca de quince minutos, tiempo más que suficiente para viajar hasta Alicante y tomarse la primera horchata en la Explanada. En los momentos más desesperantes del trayecto, los dos protagonistas de esta historia barajaron incluso la posibilidad de empezar a comerse la mona “on the road”. ¡Viva Subús, eterna concesionaria del transporte alcoyano; viva también nuestro Ayuntamiento, siempre preocupado por la eficiencia de nuestros servicios públicos, y viva, sobre todo, el genio que diseñó la última reforma de los trazados, por demostrar que aquí en Alcoy la distancia más corta entre dos puntos nunca será la línea recta!. Unos cracks.
Como vacas sin cencerro
Es el día de San Jorge, pero no es el día de San Jorge. Los alcoyanos, animales de costumbres, andamos este 23 de abril desorientados como vacas sin cencerro. Hay un poco de todo. Tipos cabreados, como si se hubiera cometido un grave sacrilegio religioso y el Ayuntamiento les hubiera robado la cartera. Maridos confundidos, que no saben si comprarle una rosa a su mujer o esperar a que llegue al 4 de mayo. También hay gente que ni se entera de la jugada del calendario y que sigue a su bola diaria, totalmente ajena a la efeméride religiosa. En una sola cosa coincide todo el mundo: las felicitaciones a los jorges, jordis y georginas tienen este año un extraño valor añadido, un puntito muy especial, casi reivindicativo.
Una historia verdadera
Un conocido político alcoyano (no diremos nombres) hace de cabo batidor en una “entraeta” nocturna. Cabalga orgulloso por las calles del centro, entre los sones de una marcha mora y los aplausos de los espectadores. Una mujer mayor contempla el desfile sentada en un pequeño balcón de un primer piso. Cuando el ufano jinete llega a su altura, la anciana le suelta en voz alta una buena lista de insultos pronunciados con dicción clara e indignada. Luego se levanta y antes de cerrar las ventanas y de retirarse a su habitación, afirma “ahora ya me puedo ir a dormir tranquila”. Definitivamente, las Fiestas de Alcoy son inclasificables y sorprendentes. Sólo hay que buscar los detalles.
El beso
Una revista digital reivindicativa del colectivo homosexual publica un extenso reportaje sobre el lado gay de las Fiestas de Alcoy. Fotos espectaculares de un moro y un cristiano besándose en la plaza de España y un texto escrito con rigor y con su puntito de mala leche. Por extraño que parezca, no se produce el tan temido escándalo. Pasan los días y nadie se rasga las vestiduras y no se convoca ni una miserable novena de desagravio. Hay dos hipótesis. La primera es muy positiva: los alcoyanos nos hemos hecho abiertos y cosmopolitas y somos capaces de admitir sin el más mínimo problema cualquier versión sobre nuestras fiestas. La segunda hipótesis es mucho más pedestre: los escandalizados profesionales de esta ciudad no tienen ni puñetera idea de qué demonios es internet; estos hidalgos recios y de acrisolada alcoyanía siguen anclados en los tiempos de la pluma Parker y el folio y, gracias a eso, no se han enterado todavía de la “tropelía”. En las crónicas de los medios locales de comunicación sobre este reportaje hay un punto en común: todos coinciden en destacar que los modelos de las fotos besuconas eran de fuera de Alcoy. Gran suspiro de alivio entre los guardianes de la ortodoxia festera.
Misterio
La Comisión Europea aprueba una inversión e 840.000 euros para recolocar a 300 trabajadores despedidos de empresas textiles valencianas. Sigue el misterio. Llevamos décadas asistiendo a la presentación pública de decenas de planes nacionales, autonómicos y europeos, cuyo objetivo es reinsertar en el mercado laboral a los empleados de este sector en crisis y mientras tanto, las cifras el paro de esta industria continúan en un perpetuo aumento. Los números no salen, por muchos discursos que se hagan y por muchas normativas que se aprueben.
Cuestión de tiempos
Si se cumplen las previsiones, el gobierno municipal de Alcoy habrá resuelto el desastre de la Rosaleda antes de que acabe esta legislatura. La corporación anuncia que las obras de reparación del polémico aparcamiento se acometerán en 2015. En este asunto, los tiempos son muy importantes: acabar este mandato sin que las excavadoras entrasen en la plaza habría sido una demostración de impotencia difícil de justificar. El actual gobierno, totalmente inocente en este desaguisado, estaba moralmente comprometido a buscar una solución y a aplicarla antes de las próximas elecciones. Lo de las responsabilidades y lo de los costes económicos de la obra es harina de otro costal, al que algún día alguien debería meterle mano en serio.
Una altra de l’autobús: Zona Nord, vesprada de processó del Trasllat. La línia del Viaducte només fa anada i tornada pel pont Francisco Aura. No pot passar al centre perquè està tallat. Però no és útil per a ningú i va buit com sempre: fa un trajecte (5 minuts) i s’espera allà dalt del Rebolcat mitja hora, fins l’hora de l’eixida «normal». Ningú no pot endevinar-ho. No hi ha informació. Els, conductors d’altres línies, tampoc, ni poden preguntar-ho a la central. Una oportunitat perduda per no agafar el cotxe o guanyar temps i descans, aprofitant un pont estratègic. Un bus llançadora Zona Nord-Centre? Ni pensar-ho. Que vagen a peu! No pot ser simple ineficàcia: ha d’haver interés econòmic o polític en que la línia no funcione.
Me encanta que explicas lo del «beso». Una pasada de texto…. eso sí, el resumen espectacular.