Alberto Fabra acaba el año haciendo un discurso televisivo para una autonomía que no tiene tele. Empieza 2015 y la legislatura más “minsa” de la historia de Alcoy entra en su recta final. El PP sale de su retiro, espoleado por un titular periodístico y Tele 5 ofrece una entrevista del alcoyano que se arrojó a los leones.
Calladito está más guapo
Pregunta idiota: ¿para qué cojones graba un discurso televisivo de fin de año un presidente de la Generalitat que acaba de cerrar su televisión pública y que no dispone de ningún medio audiovisual de ámbito autonómico para distribuir el vídeo de su mensaje?. Este irresoluble interrogante forma parte de algo que llamaríamos el gran delirio valenciano. Somos la sucursal europea del realismo mágico, un teatro “destarifat” en el que puede pasar cualquier cosa. Siguiendo esta misma línea, el presidente Alberto Fabra anuncia la creación de 100.000 puestos de trabajo para este año y asegura que la Comunitat Valenciana “pasa por su mejor momento”. Nuestro mandatario autonómico forma parte de ese selecto y atractivo grupo de hombres que calladitos están más guapos.
Este es el año
¡Ya era hora!. Toda una legislatura municipal diseñada en función de un año electoral y al final, llega el esperado 2015. El Ayuntamiento de Alcoy lleva tres años y pico trabajando con la vista puesta en las elecciones del próximo mes de mayo. Todas las decisiones se han tomado en clave de interés electoral: desde la ruptura del pacto tripartito, a las fugas del PP, pasando por los sucesivos y confusos posicionamientos sobre el proyecto de La Española. Acaba uno de los mandatos municipales más estériles de la historia de la ciudad y hay que felicitarse por ello. Ha sido un periodo insufrible de estrategias y de trucos políticos, en el que los intereses de los ciudadanos se han visto desplazados a un discretísimo segundo plano. Ha quedado demostrado que nuestra clase política tiene muy poca habilidad para el consenso y la negociación. La altísima probabilidad de que las próximas elecciones municipales nos castiguen con una ración de más de lo mismo aterroriza a la ciudadanía y hace que crezca el número de personas partidarias de poner tierra de por medio. ¡Paren Alcoy, que yo me bajo!
El alcoyano que se arrojó a los leones
El lenguaje periodístico obliga a resumir los conceptos complicados con expresiones cortas, que sean fácilmente comprensibles para el lector o para el televidente. Cumpliendo este mandato, Justo José Mira ha sido bautizado como “el alcoyano que se arrojó a los leones”. Con estas ocho palabras queda condensada la biografía de un hombre, que en las últimas semanas ha sido protagonista de todos los telediarios nacionales. Tele 5 ofrece “en rigurosa exclusiva” las primeras declaraciones del personaje en el hospital, tras recuperarse del ataque de las fieras. Aunque la primicia tiene su innegable carga de morbo, resulta inevitable reflexionar sobre la ética y sobre la conveniencia de emitir una entrevista a una persona que sufre evidentes problemas psicológicos. Como era de esperar, su testimonio resulta delirante y sólo sirve para aportar unos gramos más de carnaza a este triste asunto. Nos hallamos ante una nueva demostración de eso que se ha dado en llamar el periodismo de impacto. ¿Periodismo?.
El atasco
Tertulia de balance de año en Radio Alcoy, con un grupo de compañeros mártires del periodismo local. La página web de la emisora resume perfectamente el debate con un titular seco y cargado de sustancia: el atasco. Es un concepto afortunado: esta ciudad lleva décadas atascada y los efectos de esta paralización empiezan a ser alarmantes. Mario Candela, delegado de Información, deja caer un ejemplo que nos pone a todos los pelos de punta: Alicante anunció hace veinte años la puesta en marcha su Gran Vía, justo al mismo tiempo en que Alcoy daba los primeros pasos para hacer el bulevar; la gran avenida alicantina es hoy una esplendorosa realidad, que sirve para dinamizar el urbanismo de la capital y el bulevar alcoyano sigue siendo un proyecto pendiente, que sólo sirve para generar inútiles polémicas políticas. Eso es el atasco.
El cambio de la Nochevieja alcoyana
Aunque ahora parezca mentira, hace treinta años las Nocheviejas de Alcoy se celebraban en una Plaza de España vacía, en la que algún aislado grupo de frikis despistados intentaba reproducir inútilmente las multitudinarias ceremonias de la Puerta del Sol de Madrid. Los alcoyanos de aquella época pasaban hasta el culo del reloj del Campanar y recibían al nuevo año en la intimidad de sus guateques. De aquella soledad desértica hemos pasado a las masivas celebraciones de ahora. La Nochevieja se ha convertido en una brillante fiesta callejera y en un masivo encuentro social. Es un paso importante y muy positivo para una ciudad que suele dosificar con avaricia sus manifestaciones de felicidad colectiva.
Milagros periodísticos
Las denuncias periodísticas obran milagros. Un titular del periódico Información -“Al Consell se le atraganta La Española”- logra que el PP alcoyano salga de su plácido retiro para anunciar que en el mes de enero se hará la aprobación definitiva del proyecto industrial de la empresa aceitunera. Se rompen así varios meses de silencioso misterio y se lanza a la arena política lo que va a ser uno de los principales debates de la próxima campaña electoral: el posicionamiento respecto a esta polémica obra. Rafa Miró, presidente local del PP, sigue expresándose como hipotético candidato del partido a la Alcaldía, pero su nombramiento oficial se prolonga hasta unos límites inverosímiles, que rompen todos los principios de la estrategia política.
La desmemoria
Jorge Sedano escribe un magnífico artículo sobre la sangría demográfica de Alcoy, que nos ha hecho bajar de la barrera psicológica de los 60.000 habitantes. El primer edil apunta la necesidad de un gran pacto local para salir de esta situación de frustración. El texto brillantemente escrito sólo presenta un fallo importante: se olvida de los ocho años en los que el autor estuvo en la Alcaldía disfrutando de cómodas mayorías absolutas y se olvida también de que durante ese periodo de tiempo las medidas de consenso brillaron por su ausencia. Se ha decretado la inexistencia del periodo Sedano en el Ayuntamiento de Alcoy, dejando fuera de la memoria esas dos legislaturas en las que se pusieron las bases de algunos de los problemas más importantes que sufre ahora la ciudad.