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Punto de vista
La semana: el caso del alcalde imputadito, las bibliotecas y la solución alcoyana llega a Valencia
Javier Llopis - 12/06/2015
La semana: el caso del alcalde imputadito, las bibliotecas y la solución alcoyana llega a Valencia

La imputación del alcalde a cinco días del acto de la constitución del nuevo Ayuntamiento llega como un acontecimiento incómodo y muy difícil de digerir, que coloca a los partidos ante la obligación de hacer equilibrios. Mientras tanto, se logra el pacto de izquierdas para la Generalitat, reproduciendo el modelo aplicado en Alcoy en 2011. Esperemos que el tándem Ximo Puig/Mónica Oltra funcione mejor que la inestable pareja Toni Francés/Rafa Carbonell.

“Ma non troppo”
Hagamos un experimento de ciencia ficción y pongamos el mundo al revés. Toni Francés es el cabeza de lista del PP y un juzgado lo imputa por prevaricación junto a dos concejales de su equipo. Faltan cinco días para el pleno que ha de elegirlo alcalde para un nuevo mandato. El panorama previsible sería, más o menos, el siguiente. De forma inmediata, la izquierda en bloque (incluidos los socialistas) exige  a voz en grito su renuncia, apelando a la necesidad de moralizar la vida pública y a la obligación de cortar de raíz cualquier práctica irregular. Ciudadanos se une al coro con entusiasmo y si la semana está flojilla de escándalos, puede que vengan hasta los del Intermedio a hacer unas risas. Éste es el procedimiento habitual que se ha aplicado de forma sistemática y sin atender a ningún tipo de matiz cuando un político de derechas se ha visto implicado en algún proceso judicial. En el caso del alcalde socialista alcoyano, sólo el PP se ha ajustado a este expeditivo y violento protocolo. Compromis se ha expresado con sensatez, advirtiendo de que si la jueza decidiera abrir un juicio oral contra Francés, nos encontraríamos (si se aplica la normativa ética interna del PSOE) ante una ciudad con un alcalde obligado a dimitir a los pocos meses de su toma de posesión, por lo que los nacionalistas entienden que sería conveniente que Francés no optara al cargo. Por su parte, Guanyar Alcoi se saca de encima rápidamente este incómodo asunto y confundiendo la prudencia con el escaqueo se limita a pedir ¡transparencia! y a recabar más información sobre el conflicto, como si un auto judicial fuera un documento susceptible de segundas lecturas y de debates políticos. Ciudadanos, siempre dispuesto a colaborar con la causa, no dice ni mu. Por lo que respecta a los socialistas, su reacción ante la situación jurídica de su jefe parece sacada del manual básico para imputados del PP: negar la importancia del caso, arremeter sin piedad contra los denunciantes y anunciar oficialmente que el asunto será archivado en breve, como si el partido dispusiera de algún tipo de conexión telepática con la titular del juzgado. Vale, que estamos ante un tema administrativo menor y no ante una de esas orgías de corrupción y saqueo que tanta fama la han dado al PP valenciano. Vale, que estamos ante la consecuencia de un envenenado conflicto entre el Ayuntamiento y determinados sectores de la Policía Local. Vale todo eso y mucho más, pero lo que no se puede negar es que estamos ante un suceso importante: una jueza ha entendido que había indicios de irregularidades en una actuación de la primera autoridad de Alcoy y la ha citado a declarar como imputada. No se puede minusvalorar esta situación y resulta especialmente escandaloso que lo hagan personas y partidos políticos que llevan años y años exigiendo que imputación sea un sinónimo de dimisión, sin ofrecerles a los afectados ni el más mínimo resquicio para la presunción de inocencia. El PSOE alcoyano se toma una amarga dosis de su propia medicina y buena parte del progresismo local hace una patética demostración de doble lenguaje.

Bibliotecas y olvidos
Pasan los años, pasan las legislaturas municipales y a ningún partido político se le ocurre incluir en su programa electoral el proyecto para construir una nueva biblioteca municipal en Alcoy. Esta fuera de toda duda que las actuales instalaciones del Centro Cultural no reúnen las condiciones necesarias para albergar una infraestructura moderna para una ciudad de 60.000 habitantes, pero nadie hace nada por remediar esta situación. Hace treinta años se dio un paso importante en la dignificación de este servicio público, trasladándolo al edificio del Banco de España y abriendo un espacio que ya está totalmente amortizado y que con el paso del tiempo resulta insuficiente para las actuales necesidades. La efímera propuesta del PP de ubicar la biblioteca central en el antiguo colegio de las Paúlas cayó víctima de la avidez pesetera del Arzobispado de Valencia, que prefirió venderle el inmueble a un oscuro especulador y desde entonces no se ha sabido más del asunto.

Centrismo en estado puro
Hay que ser muy puñetero para poner en duda el acendrado centrismo de Ciudadanos. El partido de Albert Rivera nos está dictando a todos una lección magistral de equidistancia y de equilibrio: apoya con la misma pasión la corrupción institucionalizada del PSOE de los EREs en Andalucía y la podredumbre de la Gürtel del PP en Madrid. Nos hallamos ante unos estómagos políticos de acero, capaces de digerir los materiales más indigestos y de seguir postulándose como instrumentos fundamentales para la regeneración moral del país. He ahí el principio básico de la presunta nueva política: decir una cosa, hacer la contraria y convencer a la opinión pública de que eso es lo más normal del mundo.

El club de fans de Miguel Valor
Sigo siendo socio insobornable e irredento del club de fans de Miguel Valor. El político alcoyano cierra sus cinco meses de estancia en la Alcaldía de Alicante con palabras de agradecimiento para todos: oposición, compañeros de partido y funcionarios. A pesar de que el PP le privó abruptamente de la posibilidad de concurrir como cabeza de lista, hace un ejercicio de elegancia  y elude cualquier tentación de referirse al desastre de los populares alicantinos con un “ya lo decía yo”. En cinco meses, Valor ha pacificado el manicomio alicantino y ha dejado un legado de bonhomía y de consenso. España sería un país mucho mejor si en vez de esa ruidosa legión de histéricos dogmáticos que ahora puebla nuestra escena política hubiera un puñado de tipos como Miguel Valor, capaces de despedirse de su cargo afirmando que “en el oposición tampoco se está tan mal”. Genio y figura.

Un final alcoyano
Tras dos semanas de desencuentros, teatros y decepciones llega el tan ansiado pacto de izquierdas para la Generalitat. El acuerdo PSOE/Compromis/Podemos reproduce fielmente el modelo aplicado en Alcoy tras las elecciones municipales de 2011: Ximo Puig será el presidente a cambio de concederle amplísimos poderes a Mónica Oltra, que asumirá el papel de omnipotente consellera en cap. Se impone la lógica y desaparece cualquier posibilidad de un acuerdo entre los socialistas y Ciudadanos.  La posición de debilidad del candidato socialista le obligaba a hacer importantes concesiones a un nacionalismo ascendente. Ahora, sólo quede pedirle a cielo que las cosas de Valencia salgan mejor que las de Alcoy, en donde la convergencia PSOE/Bloc acabó como el Rosario de la Aurora.

El termómetro Piqué
El caso de Piqué es un termómetro perfecto para pulsar el estado de las relaciones entre Cataluña y la España eterna. Los futbolistas del Barça, especialmente los que están en la selección española, se han visto obligados a soportar durante años todo tipo de insultos y de descalificaciones, que van desde las acusaciones de traición y de separatismo al clásico polacos de mierda. No pasa nada. Pero cuando el defensa catalán se permite una inofensiva broma sobre el Real Madrid, sobre él cae la del pulpo, en forma de campaña perfectamente orquestada para que su aparición en un campo de fútbol sea saludada por un alud de descalificaciones y de abucheos. Este ejemplo futbolero nos deja muy claro que hay mucha gente trabajando a jornada completa para que se amplíe el abismo que separa a los catalanes de los españoles. La máquina de crear independentistas funciona a pleno rendimiento y no desaprovecha ni los partidos amistosos.

Susto y pavor
La capacidad de la derecha para asustar es infinita. Desde el PP y sus aledaños se hacen todo tipo de pronósticos siniestros ante la llegada masiva de pactos de izquierdas en toda España. Se rescatan los peores argumentos del inacabable catálogo de monstruos y se atribuyen a Manuela Carmena y a Ada Colau todo tipo de catástrofes y de desastres futuros. Aunque la mayor parte de estas amenazas provocan risa, es preocupante la incapacidad de esta gente para asimilar los resultados de unas elecciones democráticas.

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COMENTARIOS

  1. Lluís Torró says:

    Sobre el tema de la imputació de l’alcalde cal distingir amb claredat dues coses: els fets i el procediment judicial.
    Comencem pel darrer. Una imputació no implica una acusació. Hi ha uns fets que el jutge entén que poden ser il·legals i, a més, que els seus responsables poden ser responsables penalment, i imputa a una sèrie de gent pressumptament responsable per a salvaguardar garanties processals en la seua declaració. Algú pot estar imputat i, després de la primera declaració davant el jutge quedar lliure de càrrecs. Si, per contra, després de la primera declaració el jutge mantè la imputació, això indica que els fets són punibles i que l’imputat té alguna responsabilitat en els mateixos. Finalment el judici hauria d’aclarir si hi ha delicte o no i quins són els seus responsables.
    I això ens condueix a valorar els fets. Independentment que siguen o no punibles judicialment, el que hi ha hagut a la Polícia Municipal d’Alcoi és una mala gestió evident. Una gestió amb arbitrarietats i favoritismes partidistes que ha fregat la il·legalitat. Per això caben responsabilitats polítiques que és el que l’alcalde hauria d’aclarir. En funció d’elles podria ser exigible, lògicament, la seua dimissió.
    Per suposat, si Toni Francés ix de la declaració davant el jutge com a imputat, el seu càrrec d’alcalde hauria de durar tant com el trajecte del Jutjat a l’Ajuntament, la redacció de la carta de dimissió i la seua entrada per registre per a adreçar-la a la Secretaria Municipal.
    Confondre política amb tribunals condueix al desficaci que ens ha fet patir el PP al País Valencià quan no admetia cap responsabilitat política si els fets es trobaven als jutjats. Així ens ha lluït el pèl durant tots aquests anys…

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