La noticia de que Podemos no presentará lista a las municipales provoca un reajuste mental entre los partidos de izquierdas. Alcoy se reencuentra con la lluvia tras una eternidad de sequía y en Bocairent acuerdan en una consulta ciudadana que las fiestas se celebren en fin de semana. El obispo contestano Reig Pla sigue a lo suyo, escandalizando al personal con proclamas tremebundas y amenazantes.
Podemos: aplausos y dudas
Las direcciones de los partidos de izquierdas de todas las ciudades de España respiran con alivio: Podemos no se presentará a las próximas elecciones municipales. La decisión es una arriesgada e inédita demostración de honradez política y de sensatez: la formación que dirige Pablo Iglesias renuncia a la cita electoral ante el temor de ver convertidas sus listas en el descontrolado banderín de enganche de una legión de arribistas emboscados y de caraduras, dispuestos a subirse al caballo ganador para acceder a las excelencias del sueldo público y del mangoneo presupuestario. Pese a haber provocado un aplauso prácticamente general, la insólita medida plantea notables dudas. ¿Es correcto que un partido que quiere cambiar la sociedad y la política renuncie a entrar en la administración más cercana al ciudadano, que son los ayuntamientos? o ¿podrá resistir Podemos sin representación institucional hasta las próximas elecciones generales o verá cómo se disuelve su potencial inicial con el paso de un periodo de casi dos años, que en política son toda una eternidad?.
Gente extraña en Bocairent
Llegan informaciones escalofriantes desde el otro lado de la raya de la provincia. Bocairent tenía un debate sobre las fechas de celebración de sus Fiestas de Moros y Cristianos y el Ayuntamiento decidió convocar en consulta a todos los ciudadanos. Se votó con total normalidad y al final se decidió democráticamente que los festejos en honor de Sant Blai se celebrarán en fin de semana. Transcurridos siete días, no hay noticias sobre multitudinarios suicidios rituales de festeros indignados, ni sobre movimientos telúricos en los riscos de la Sierra de Mariola. Los habitantes de la hermosa localidad de la Vall d’Albaida se levantan cada mañana y se van a trabajar como si no hubiera pasado nada. Como dijo el clásico “hay gente pa tó”. Aquí, en Alcoy, seguimos disfrutando de nuestras eternas guerras del calendario. Los bocairentinos se lo pierden.
La otra tarde vi llover
Recién aterrizado para las prácticas en un periódico, un viejo redactor jefe me instruyó sobre las leyes básicas de lo que es noticia y lo que no lo es. Entre otros trucos del oficio, me informó de que un periódico no puede salir a la calle con titulares idiotas y me puso como ejemplo el de “Ayer llovió”. Eran otros tiempos en los que la pluviometría se ajustaba a ciertos índices de normalidad y en los que la lluvia era un fenómeno meteorológico habitual. En medio del actual secarral, esta vetusta lección de periodismo carece del más mínimo sentido. La práctica totalidad de los telediarios de España y de las primeras páginas de los periódicos han salido a la calle con dichoso “Ayer llovió” y nadie se ha escandalizado, por la simple razón de que estábamos ante un hecho extraordinario y casi mágico. La gente mira caer el agua del cielo con los mismos ojos emocionados con que la miraría un sediento camellero del Sahara.
Desesperado
Alberto Fabra se sube a la tribuna de las Cortes Valencianas y miente. El presidente de la Generalitat Valenciana convierte su discurso en el debate de Política General en una desesperada sucesión de anuncios de inversiones millonarias, que no se cree ni él. Hay de todo: rebajas de impuestos, tres hospitales, un AVE regional (el que faltaba pal duro), varios planes de empleo y de emprendedurismo, aumento del dinero para bienestar social, becas para libros escolares, mejoras para la agricultura, ayudas oficiales para pagar el recibo de la luz y hasta vende como terminado el centro de enfermos mentales de Alcoy, cuya finalización lleva casi cinco años de retraso. El máximo responsable de un gobierno autonómico con una deuda de 35.000 millones de euros tira la caña, a la espera de que pique algún elector incauto. Las posibilidades de éxito son escasas, ya que los sufridos peces de la gran charca valenciana están hartos de tragarse anzuelos.
La última de Reig Pla
Ajeno a los aires de renovación que soplan en el Vaticano de la mano del nuevo Papa, el obispo Reig Pla sigue a la suya, asombrando periódicamente al mundo con estremecedoras cartas pastorales por las que supuran amenazantes todos los azufres del infierno. El prelado contestano ha reaccionado abruptamente contra la paralización de la reforma de la Ley del Aborto y ha afirmado que el PP está “infectado” por el feminismo y por los homosexuales. En el mismo tono, ha comparado el tren de las defensoras del aborto libre con los trenes que transportaban las víctimas al campo de concentración de Auschwitz y ha calificado a los partidos políticos de ”estructuras de pecado”. Al margen de sus convicciones morales o religiosas, su insistencia en esta literatura truculenta ha convertido a obispo de la Villa Condal en un personaje caricaturesco, que ha entrado por méritos propios en el cuadro de honor del friquismo nacional. A los contestanos les ha salido un paisano tan ilustre como incómodo.
Productividad letal
Fernando Pastor ofrece al gobierno municipal un pacto de consenso para salvar una legislatura, que califica como “la más improductiva de la democracia”. El portavoz popular hace un ejercicio peligroso al considerar que la productividad es un hecho intrínsecamente positivo. Hay que reconocer que los gobiernos locales del PP fueron muy productivos, pero también es justo señalar que en numerosas ocasiones produjeron auténticas barbaridades, que han supuesto un pesadísimo legado para la ciudad: Rosaleda, Serelles y el bulevar con sus millonadas para Enrique Ortiz. Está claro que el actual gobierno de Alcoy pasará a la historia por ser el responsable de un mandato municipal especialmente “minso y somordo”. Sin embargo, a la vista de los resultados obtenidos por los equipos de Sedano, a veces casi es mejor estar gobernados por personas afectadas por una pachorra desesperante, que por tipos hiperactivos, capaces de convertir las laderas de la Sierra de Mariola en un paisaje de destrucción y de transformar un agradable parque público en una infumable mole de cemento con un aparcamiento dentro.
Comentarista político
En declaraciones a Radio Alcoy, el alcalde pide diálogo a los dos bandos del conflicto festero. Toni Francés subraya la necesidad de una salida negociada para evitar que el enfrentamiento en torno a los estatutos llegue a los tribunales. Extraña situación en la que un primer edil actúa como un mero comentarista político, olvidándose de que el Ayuntamiento es el máximo responsable de los festejos. El pánico de nuestros gobernantes a pringarse en las polémicas festeras provoca renuncias muy difíciles de explicar. El gobierno municipal ejerce de espectador en un asunto endemoniado, que exige su intervención decidida.