slogan tipografia la moderna
Punto de vista
La triste historia de un trampero gafe
Reflexiones tontas en torno a la película “El renacido”; una obra maestra del western que no pudo ser
Javier Llopis - 08/02/2016
La triste historia de un trampero gafe

Una mala temporada la tiene cualquiera, pero lo de Leonardo DiCaprio en “El renacido” pasa de castaño a oscuro. Todas las maldades del salvaje Oeste parecen confabularse contra este desgraciado trampero.

En los 157 minutos que dura la película, le asesinan a su mujer y a su hijo, le persiguen los indios con saña, le ataca dos veces el mismo oso (tras tomarse el animal un descansillo entre paliza y paliza), lo entierran vivo, se cae por varios precipicios, lo arrastra un río furioso, le ahorcan a un amigacho de la tribu de los pawnee, le pegan varias puñaladas, pasa más hambre y más frío que Garró y se pasea por praderas y montañas nevadas en un estado físico que exigiría su inmediato ingreso en la planta de Traumatología de un hospital.

Lo que podría haber sido un western histórico, a la altura de grandes clásicos como “Centauros del desierto” o “Las aventuras de Jeremiah Johnson”, acaba convirtiéndose en una estomagante acumulación de desgracias, que te hace sospechar que el personaje encarnado por DiCaprio es el mayor gafe viviente al oeste del río Missouri. Estamos ante una película excesiva, en la que a su director se le ha ido la mano. En su deseo de mostrar su incontestable genialidad como autor, Alejandro González Iñárritu nos somete a un alud de imágenes y de situaciones, que a pesar de su calidad acaba agotando al espectador. Es un film precioso lleno de momentos innecesarios; un Vía Crucis en el que la sucesión de putadas acaba desactivando la épica de la historia, hasta transformar a su protagonista en un personaje patético y pesado, que genera algunos comentarios de cabreo y alguna risilla aislada en la sala de cine.

El error de “El renacido” hay que atribuirlo íntegramente al ego de su director. En el Hollywood clásico, los productores de los grandes estudios arreglaban estos problemas cortándole sin piedad media hora al metraje de la película. Esta actitud empresarial, considerada por los creadores como un atentado a su libertad artística, nos ha legado algunas de las más importantes obras maestras de la historia del cine.

“El renacido” arranca como un cañón y conforme va pasando el tiempo se va disolviendo en el manierismo. La sensación de que estamos ante una oportunidad perdida resulta cabreante. Dentro de este larguísimo pastiche de miserias y de gruñidos hay una maravillosa película del oeste. Da mucha rabia que el director se la haya cargado.

¿Te ha gustado?. Comparte esta información:
DEJA UN COMENTARIO
Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

Nombre

E-mail (no se publicará)

Comentarios



Enviar comentario