Hace unas semanas tuve la oportunidad de oír a Ximo Llorens en Radio Alcoy. Narraba un artículo de opinión llamado “Més que un Potosí”. (Se puede oír o leer en la página digital de dicha emisora).
Estoy totalmente de acuerdo con sus palabras y por supuesto con su opinión en general, pero hay algo que no acabo de entender en lo que concierne a la crítica que hace hacia los políticos. Les dedicó cinco líneas. ¿Cinco? ¿Esa panda de chupópteros que nos gobiernan y representan merecen tan solo cinco líneas?
Yo creo que no, que los políticos que tenemos en nuestra ciudad merecen más de cinco líneas, merecen que se les nombre uno a uno y merecen que se les diga a la cara lo que están haciendo mal. La ciudadanía alcoyana cae una vez más en el menfotismo. Es algo muy común por lo que veo por estos lares y me preocupa. ¿Pero, es que da igual lo que ocurre? ¿La ‘atención ínfima’ por parte de los políticos a la cultura -a la que se refiere Ximo Llorens en su artículo- no es suficiente razón como para que el pueblo se subleve y diga un ‘hasta aquí’?
Hay razones suficientes para pedirles explicaciones y no para reírles las gracias, porque sus promesas llevan meses sin cumplirse y algunas… hasta años. Por poner un ejemplo, diré que el pasado verano tuve la ocasión de compartir mesa y mantel con alguien muy cercano a los ‘mandamases’ del ayuntamiento. En aquella cena me explayé lo suficiente y fui muy clara sobre las necesidades culturales que hay actualmente en Alcoy. Entre risas – y no tan risas- les dejé bien clara mi opinión sobre lo que pensaba de todos ellos. Les hablé del síndrome del político, que no es otro que querer serlo para chupar del bote sin pegar ni chapa y salir en los medios.
Y si en el gobierno central tenemos a una panda de ineptos – empezando por el que nos representa- aquí en Alcoy no nos quedamos atrás, porque para formar parte de una concejalía qué menos que saber qué se cuece en ella ¿no? Entrevistarse con el pueblo, ver las necesidades e intentar solucionar los principales problemas sería el principio, por ejemplo. Pero no, aquí viene cualquier mindundi le hacen concejal y se pasa los meses saliendo en prensa, diciendo lo bien que va todo y cómo no quejándose del bando contrario y diciendo, ‘que los otros lo hicieron mal’.
Me despido con esta queja-sugerencia y me dirijo:
– A los señores concejales alcoyanos, si el puesto les queda grande y no saben cómo atajar un problema tomen como referencia e intenten imitar a otros pueblos o ciudades más pequeños que tienen solucionadas esas necesidades que nos faltan a nosotros o al menos mejoren las nuestras. ¿O es que son tan arrogantes que creen que aquí todo se hace bien? ¿O les faltan conocimientos para gestionar los asuntos que se les propone?
– A los que en aquella cena me prometieron cosas y me dijeron que en una semana se solucionaría mi petición. ¿Fue el efecto del plis-play el que os hizo hacer promesas?
– Al pueblo alcoyano, para que no caiga en el menfotismo y diga una vez por todas, basta. Que no solo se vive de tener moral. Y que si todos dijéramos un poco más claro y más alto las cosas no pasaría lo que está pasando, si los políticos no cumplen hay que hacérselo saber.
– A Ximo Llorens, para que la próxima vez no sea tan políticamente correcto, que los políticos alcoyanos no lo son con los ciudadanos.