Xerec es una palabra catalana que deriva de las palabras árabes šarîḥa y šáraḥa que, aparte de parecer el título de una serie de dos mujeres policía, son dos palabras cuyo significado es abrir o partir. No es extraño por ello que xerec designe a la figa flor catalana o a la breva castellana; y también al higo abierto, secado y vuelto a cerrar. Y no entraremos en más detalles al respecto.
De ‘higo seco’ xerec paso, por simpatía, a significar seco y magro. Y en Mallorca e Ibiza, también enfermizo (Avui estic un poc xerec) y malo (Aquesta pluja que ho banya tot / treu de ses coses s’olor del món. / Aquesta pluja no té un hivern / només té un dia un poc xerec). De hecho xerec junto a sipar-se, saligardo y devesell forman un cuarteto que los aborígenes de la isla espetan a los visitantes procedentes de zonas castellanoparlantes para significarles el hecho diferencial.
Xerec llegó a tierras alcoyanas desde Ibiza con toda seguridad, o puede que no tanta, ¡Y ni pensar quiero en las condiciones en que debió llegar! La cuestión es que a los significados que traía de ese viaje ultramarino (higo seco, magro, enfermizo y malo) se le sumó el de contratiempo. Así ‘posar-li xerecs a una qüestió’ en Alcoy significa ponerle impedimentos. Y preguntarse: a vore amb quin xerec ens eixirà? es preocuparse por los inconvenientes que encontrará en algo alguien.
Un alguien que, por cierto, en Alcoy suele ser un tio xerec. Así se denomina a las personas que, o bien están especializadas en ver dificultades donde no las hay y en ponerle a todo pegas y reparos; o bien están llenas de pequeñas dolencias físicas y/o psíquicas. O bien tienen ambas cosas.
NOTA ETIMOLOGICA DE CIERTO NIVEL. Algunos miembros de la Academia de la Lengua Alcoyana no descartan que xerec sea una adaptación del francés cher (querido). Por lo que, en ese caso, el hecho de ser un tio xerec cobraría otro sentido bien distinto, y no necesariamente, entrañable.