El Consistorio ha aprobado en pleno la propuesta de crear dos patrullas que persigan los saludos alcoyanos “sin ton ni son”. El gobierno de Antonio Francés asegura que quiere “tomar medidas” después de recibir numerosas quejas de vecinos.
“El semáforo de Oliver tarda tanto en ponerse verde que se ha convertido en un nido de saludos indiscriminados no solo a familiares, sino incluso a personas desconocidas que permanecen paradas mucho tiempo en el lugar”, asegura el concejal de Seguridad, Raúl Llopis.
El objetivo de los socialistas es “cortar de raíz” el ademán alcoyano y acabar con cualquier manifestación gestual del mismo, prohibiendo los golpecitos en la espalda, los gritos onomatopéyicos y las pitadas de coche a primos de primos de un primo lejano. “Este último es un consejo de la DGT para evitar accidentes”, apunta Llopis. También vetará los chasquidos sospechosos desde la otra acera y los abordajes o aproximaciones intrusivas en mitad del puente de San Jorge.
“Los ciudadanos podrán saludar un máximo de dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde, siempre y cuando no demuestren excesivo cariño al hacerlo”, asegura el edil, que explica que, de noche, “no hace falta despertar a nadie así porque sí”. Las patrullas de vigilancia se encargarán de sancionar desde los ‘astara’, con multas que rozan los 300 euros, hasta la más mínima expresión del ‘¡au!’. El gobierno local ha asegurado, a través de un comunicado, que lamenta haber adoptado esta política “castrativa” pero defiende que, la alcoyanía, “mejor en dosis pequeñas, como el buen perfume”.