Un señor que se había quedado dormido en un banco de la Glorieta ha sido víctima esta mañana de la plaga de grafiteros que invade Alcoy, según han informado fuentes judiciales. Por lo visto el sujeto se sentó un momento para tomarse un respiro, tras el habitual paseo matinal por la Vía Verde, y probablemente a causa del cansancio, o quizá del litro y medio de vino con el que acompañó un opíparo almuerzo a base de botifarres i llonganisses, se quedó traspuesto. Momento que aprovecharon los gamberros para pintarle la cara con los más variados motivos geométricos y florales, como se puede apreciar en la imagen.
No se sabe si a causa del cosquilleo del spray o por el fuerte olor a pintura, el caso es que Andrés Tresado – que así se llama la víctima – despertó antes de que los pintores concluyeran su obra y los persiguió por todo el recinto alcanzando a un par de ellos que fueron a parar al estanque de los patos y a otros dos, que introdujo por la fuerza bruta en el palomar a través de una de las ventanas, causándoles heridas de consideración.
La Unidad de Intervención Rápida de la Policía Autonómica que se personó 90 minutos más tarde –en cuanto terminaron de hacerle una escolta a Fabra que estaba en Alicante montando una silla de IKEA- identificaron a los culpables de las pintadas por la pintura que les había quedado pegada en las uñas de las manos y en las zapatillas. Tras leerles sus derechos, los detenidos pasaron a disposición judicial.
A raíz de este incidente el portavoz del Partido Popular insistió en que lo más preocupante es que los efectos de las pintadas los sufran elementos patrimoniales tan bien conservados como el barrio del Partidor o el puente de San Jorge. O tan emotivos, entrañables y emblemáticos como el Aparcamiento de la Rosaleda.
Finalmente el portavoz al tiempo que exigió al Ayuntamiento un plan para acabar con los grafiti, o en su defecto algún plan para lo que sea, concluyó lamentándose del atentado sufrido por el ciudadano Andrés Tresado, con un contundente: ‘se veia de venir’.