La Conselleria d’Educació ha anunciado, a través de su página web, la propuesta de calendario escolar para el curso 15-16. En realidad, lo de “propuesta” es un eufemismo para no decir que así lo ordena y punto. Así pues, el curso escolar empezará el jueves, 3 de septiembre en todas las etapas educativas, terminando en diferente fecha si se trata de infantil y primaria o secundaria y bachillerato.Un calco de lo que ya implantó el presente curso, empezando las clases más pronto que nunca.
Cuando se planteó realizar esas modificaciones, ya me resultó sorprendente e innecesario. ¿Por qué cambiar algo que funciona? Puedo entender que hay que evolucionar, que los tiempos cambian y hay que adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad. De acuerdo, pues. Probamos y evaluamos. Perfecto.
Han pasado muchos meses ya desde aquel inicio tempranero de curso. Es posible que no recordemos qué pasó, pero hubo lugares en los que se suspendieron las clases temporalmente debido a las altas temperaturas que había en el interior de las aulas. Nuestros colegios, ni públicos ni concertados, no están preparados para impartir clase en esas condiciones, al alumnado no se le puede pedir un mínimo de esfuerzo y el profesorado tiene que trabajar en un ambiente opresivo. El rechazo fue generalizado: sindicatos de asociaciones de madres y padres, alumnado y profesorado manifestaron su rechazo rotundo ante esta medida.
Pero la capacidad de los gobiernos del Partido Popular de legislar a espaldas de las demandas de la sociedad resulta inagotable. Supongo que disfrutar de cuatro años de mayoría absoluta produce prepotencia, chulería y sordera crónica. Y parece ser que una derrota incuestionable en las urnas todavía no es medicina suficiente para curar todos estos males. Tal vez sea porque saben que, con los resultados obtenidos en las últimas elecciones autonómicas, tienen los días contados y, por ello, todo les da igual. Pero han vuelto a perpetrar un nuevo atentado contra la calidad de la educación en nuestra Comunidad.
Es posible que más de uno no entienda qué tiene de malo empezar tan pronto, incluso piense que el profesorado lo que quiere es disfrutar de más días (¡todavía más!) de vacaciones. Siento tener que desmontar aquí una leyenda urbana, pero los maestros nos ponemos a trabajar siempre el día 1 de septiembre (a no ser que caiga sábado o domingo, claro está). Porque empezar el curso no es tan sencillo como llegar a clase, dar los buenos días a los alumnos y pedirles que abran el libro de texto por la página 1, que empezamos. Ni mucho menos.
El comienzo de curso nos exige una serie de tareas de preparación, la mayoría de ellas burocráticas y tediosas, pero que resultan absolutamente necesarias para el desarrollo de todo el curso: diseño de horarios, elaboración de listados de alumnos, preparación de planillas de evaluación, organización de las aulas, redacción de las programaciones didácticas, diseño de unidades didácticas, oferta de actividades complementarias, redacción de una programación general anual de actividades… Además, aquellos centros que se esmeran en ofrecer una mayor calidad en su enseñanza, implantan unas unidades de acogida especiales para favorecer la adaptación del alumnado al colegio tras el periodo estival.
Si el profesorado vuelve a su puesto de trabajo el día 1 de septiembre, y las clases empiezan el día 3, ¿cuándo se hace todo esto? Que nadie se preocupe. Los docentes, o por lo menos la mayoría de los que yo conozco, somos PROFESIONALES de la educación, y por ética profesional no vamos a consentir que nuestro alumnado sufra las barbaridades de los políticos que legislan sobre el sistema educativa en nuestro país. Voy a desmontar otra leyenda urbana. Todas estas tareas las empezamos a realizar en las primeras semanas del mes de julio, porque contrariamente a la creencia popular, los docentes no nos vamos de vacaciones cuando terminan las clases. Es más, como en esas primeras semanas no da tiempo a acabar todas estas tareas, nos llevamos nuestros propios deberes de vacaciones, de tal forma que, cuando volvemos al trabajo en septiembre, todo esto esté listo, a falta tan solo de los últimos retoques que dependen del trabajo en equipo.
Viendo el calendario del próximo mes de septiembre, lo más lógico hubiera sido dar el pistoletazo de salida al curso lectivo el lunes, 7 de septiembre. Pero, visto lo visto, esperar algo de lógica por parte de los políticos que ocupan la administración educativa resulta igual de imposible que España vuelva a ganar Eurovisión.