Se cumplen 20 años del gran incendio que arrasó Mariola y que provocó la muerte de cinco tripulantes de un avión de extinción de incendios. Pasa el tiempo y seguimos sin enmendarnos. La semana tiene su inevitable cuota de líos festeros y en Valencia, los componentes de la asociación de víctimas del metro nos dan un nuevo ejemplo de dignidad.
Imagen de marca
El paso de los Abencerrajes y de la Primitiva a los sones de “L’Entrà dels moros” es, sin ningún género de dudas, una de las más poderosas imágenes de marca de las Fiestas de Alcoy. Si no se produce ningún milagro de última hora, este emblemático elemento de las tardes de abril desaparecerá a partir de los festejos de 2015. Divergencias económicas entre la filà y la banda han provocado una ruptura, que acaba con 110 años de fructífera relación. Sorprende el mutismo de la Asociación de San Jorge y de la concejalía de Fiestas en un asunto que afecta a uno de los momentos más mágicos e irrepetibles de nuestra Trilogía. No hay noticias de ningún intento de mediación, ni de ningún conato de buscar apoyos económicos para subsanar los problemas que afectan a estas dos entidades centenarias. Estamos ante una situación de indiferencia institucional muy parecida a la que ha culminado con la masacre del Alardo. Vivimos en la ciudad en la que nadie hace nada y en la que ninguna institución se da por aludida cuando llegan los problemas. Por supuesto, en el Casal de Sant Jordi siguen ocupadísimos impugnándose votos, peleándose por el nombramiento de ponentes y haciendo sesudos estudios sobre columnas recién tiradas a la basura. Pregunta: ¿para qué demonios sirven unos supuestos guardianes de las esencias y de las tradiciones festeras, que nunca están cuando realmente se les necesita?.
De milagro
Este viernes se cumplen veinte años del gran incendio de Mariola de 1994. El fuego, que se inició en la localidad valenciana de Fontanars dels Alforins, arrasó 21.000 hectáreas de los mejores bosques de la Comunitat Valenciana y provocó la muerte de cinco tripulantes de un avión que participaba en las tareas de extinción. Pues bien, el pasado domingo la Guardia Civil (previamente advertida por un grupo ecologista) tuvo que intervenir para impedir que el Ayuntamiento de Fontanars disparara un castillo de fuegos artificiales, a pesar de que existía la declaración de alerta máxima por incendios forestales y de que el lugar del disparo estaba situado a poco más de mil metros de una zona boscosa. Ni que decir tiene que el alcalde de la localidad arremetió contra los ecologistas, insultándolos y acusándolos de deslucir las fiestas del pueblo. El figura se llama Vicente Ribera y milita en el PP. Con esta gente, es un milagro que todavía quede algún pino sin quemar.
Burradas a domicilio
El presidente Alberto Fabra da una conferencia en el campus FAES y adorna su discurso con ese tipo de burradas que tanto gustan en el campus FAES. El mandatario autonómico anuncia ante un auditorio compuesto por neocons y demás fauna de extremo centro que si en la Comunitat Valenciana gana “un tripartito catalanista de izquierdas”, peligra la unidad de España. Este político habitualmente “blanet” y sin sustancia se transfigura en Agustina de Aragón, entra en modo apocalipsis y nos convierte a todos los valencianos en el último muro de defensa ante el avance imparable del independentismo catalán. En el manicomio valenciano, el que no está paranoico es porque no quiere. La malvados hijos de Jordi Pujol vienen primero por nosotros, después irán a por Murcia y no pararán hasta llenar Almería de colles castelleres. Ante la imposibilidad de ilusionarnos con su caduco proyecto político, el PP valenciano opta por asustarnos con la llegada del hombre del saco con barretina. Esa película ya le hemos visto todos. Huele a rancia que tira de espaldas.
Sedano de alcalde y Francés defenestrado
En un inigualable ejercicio de cara dura política, Mariano Rajoy propone un cambio de la Ley Electoral para que sea elegido alcalde de una ciudad el cabeza de la lista más votada. Vale la pena hacer un poco de ciencia ficción y pensar en cuáles serían los efectos de esta normativa si se hubiera aplicado en las últimas elecciones municipales de Alcoy. Jorge Sedano seguiría siendo alcalde de la ciudad y no habría descubierto todavía las delicias del transfuguismo; desde tan privilegiada posición, mantendría su agenda de proyectos emblemáticos ruinosos, en la que figurarían el bulevar, la urbanización de Serelles, el gran polígono industrial de la Canal y hasta el hotel de la Font Roja. El actual primer edil, Toni Francés, habría sido defenestrado por los sectores más críticos de su partido tras obtener el peor resultado electoral de la historia del PSOE alcoyano, que tras el relevo de su secretario general iniciaría su enésimo proceso de regeneración interna. Apartada de los desgastes del poder, la izquierda alcoyana sería un feliz grupo de formaciones políticas bien avenidas y la gente se haría cruces al contemplar los piropos mutuos que se echarían entre ellos los concejales de EU y de Compromis.
La resistencia
3 de julio en la Plaza de la Virgen de Valencia. Bajo un cielo de plomo que amenaza lluvia, los componentes de la Asociación de Víctimas del Metro celebran el octavo aniversario de una tragedia en la que perdieron la vida 43 personas. Camisetas negras de luto, discursos emocionados interrumpidos por las lágrimas y un inmenso sentimiento de respeto y de admiración hacia un pequeño grupo de ciudadanos empeñados en enarbolar en solitario la bandera de la dignidad, en medio de una Comunitat Valenciana arrasada por la vergüenza política y por la inhibición cívica. Recuerdan sin rencor aquellos días en los que apenas conseguían reunir a 70 personas. Agradecen con sinceridad el programa televisivo de Jordi Évole, que les salvó de la invisibilidad y que llenó la plaza con miles de manifestantes. Gente dura y tranquila, símbolo de una resistencia, que ahora empieza a ilusionarse con el cambio. Gente que ha sabido combinar el dolor por la pérdida de sus familiares con la irrenunciable exigencia de justicia y que se ha convertido en un ejemplo para todos y en un motivo para la esperanza.
Raro
Compromis denuncia que el Ayuntamiento de Alcoy le ha adjudicado a un familiar de un miembro del gobierno municipal diferentes trabajos relacionados con la pintura de pasos de peatones. Hasta ahí, todo normal: un partido de la oposición cumple con su sacrosanto deber de fiscalizar la labor del ejecutivo y de impedir que se cometan irregularidades. La extrañeza surge al analizar los métodos empleados para la denuncia. En vez de presentar una pregunta al pleno, a una comisión o de plantear una demanda judicial, el caso se difunde a través de un divertido vídeoclip lleno de dobles sentidos, protagonizado por un conejo. La política alcoyana está muy rara.
La batalla de Alfafara
Las excavaciones del Cabeçó de Mariola, en Alfafara, sacan a la luz una vieja batalla olvidada con cerca de 2.200 años de antigüedad. Los romanos asaltaron a sangre y fuego una próspera población íbera con cerca de 700 habitantes, incendiando y destruyendo todo lo que encontraban a su paso. La Arqueología es una actividad apasionante, que nos permite rescatar momentos ignorados de nuestra historia que harían las delicias de cualquier director de cine.