La semana se inicia con la aparición de la obligada cuota de tensiones en el mundo de la Fiesta, que llega con puñetera puntualidad cada mes de abril. Los socialistas rescatan del olvido el viejo proyecto de las comarcas centrales, mientras se anuncia un debate preelectoral entre los candidatos del PSOE y del PP, que nos devuelve a los días del bipartidismo.

Problemas de crecimiento
En poco más de 40 años, una centenaria fiesta de pueblo se ha transformado en un gigantesco montaje, que cada mes de abril mueve ingentes cantidades de dinero y a miles de personas. Esta expansión acelerada se ha hecho manteniendo unas estructuras organizativas casi decimonónicas, pensadas para unos tiempos en los que las filaes eran poco más que un reducido club de amigos y en los que las Entradas de Alcoy eran unos desfiles muy breves de una sencillez espartana. La imposibilidad de controlar este espectacular crecimiento ha hecho que en muchas ocasiones se generen tensiones, que acaban rompiendo alguna costura del traje festero. Con cierta periodicidad saltan a la luz pública oscuras historias de problemas económicos en alguna filà, que acaban enrareciendo la atmósfera y transformando lo que inicialmente era una celebración festiva en un motivo de discordias y de cabreos. Dentro de este capítulo hay que incluir la situación denunciada por la Unión Musical Contestana al informar públicamente del impago de sus honorarios por haber acompañado en la última Entrada a una escuadra especial de la Filà Vascos. A la hora de analizar este problema, hay que desechar por simplista y chovinista cualquier tentación de resolverlo culpabilizando a la banda de Cocentaina, ya que a lo largo de un año de espera infructuosa esta entidad musical ha dado sobradas pruebas de su paciencia. El recurso de hacer públicos los hechos en pleno Día de la Gloria  puede ser cuestionable, pero resulta totalmente comprensible si se tiene en cuenta que estamos ante una gente que ya ha agotado todos los conductos institucionales y que plantea una petición absolutamente justa: cobrar por un trabajo que se ha hecho en su correcto tiempo y en su correcta forma. La manera en que se ha gestado esta tensa situación nos obliga a dirigir la vista hacia el Casal de Sant Jordi, hacia una Asociación de San Jorge que es la máxima responsable jurídica de todas las filaes y que tiene en su lista de obligaciones prioritarias evitar que sucesos como estos dañen la imagen de los Moros y Cristianos de Alcoy. No hay que ser muy suspicaz para llegar a la conclusión de que en este asunto concreto la entidad festera alcoyana no ha andado sobrada de reflejos. No se puede despachar esta espinosa  cuestión tratándola como un tema privado entre una banda de música, un grupo de festeros y un supuesto administrador que no cumplió su obligación. Se podrían haber explorado muchas vías de negociación y de arreglo entre las tres partes y por lo que parece, no se ha hecho ningún intento serio en este sentido. Ante tal despliegue de inactividad, los resultados han sido los previsibles: la sangre ha llegado al río y surge el lógico temor de que los ecos de esta polémica puedan salpicar de alguna manera a la capitanía de la Filà Vascos de 2015; una víctima inocente de este embrollo, que no se merece ningún borrón en un proyecto de cargo gestado desde la ilusión y desde el deseo de ofrecerle al público un espectáculo de primera categoría. Enfrascada en disputas eternas sobre la participación femenina y sobre el calendario festero o luchando en interminables batallas internas por las cuotas de poder, la Asociación de San Jorge parece haberse olvidado de su papel de organizadora de las Fiestas y ésa es, al fin y al cabo, la única razón de su existencia.

Las viejas estrategias
Los socialistas de Alcoy, Xàtiva, Gandía y Ontinyent se unen para elaborar estrategias comunes y para constituirse en un grupo de presión, que defenderá los intereses de esa zona que hemos dado en definir como las comarcas centrales valencianas. Hay que felicitarse por la iniciativa, ya que supone un primer paso hacia el reconocimiento de la necesidad de poner en marcha reivindicaciones colectivas en un territorio eternamente marginado por las instituciones, que tiene problemáticas comunes y que siempre se ha visto lastrado por los individualismos y por la política de campanario. Es obligado referirse ahora a la ex alcaldesa de Gandía, la socialista Pepa Frau, que allá por la década de los noventa del pasado siglo quiso poner en marcha  un proyecto muy parecido y que fue laminada por sus propios compañeros de partido en Valencia, asustados ante la posibilidad de que reapareciera el temido fantasma de la cuarta provincia. Eran otros tiempos, en los que el PSPV controlaba con mano de hierro la Generalitat y las diputaciones provinciales y en los que los socialistas consideraban que no era necesario cambiar nada.

La mona congelada
Algo muy raro sucedió en Alcoy el pasado Domingo Gloria. La gente se levantó en un día primaveral y se fue a dormir en una jornada de puro invierno. Tras una mañana de primavera, de esas de ropa fresquita y de cañas al sol de la Plaça de Dins, llegó una tarde polar. El personal regresaba de comerse la mona en el campo con las narices enrojecidas por el frío y con un obligatorio principio de resfriado. Son los riesgos de celebrar unas fiestas en primavera, en esa imprevisible época del año en la que uno se puede morir de calor o sufrir síntomas de congelación en la mano, mientras sostiene el “gotet” de gintonic en una noche de “entraetes”.

Sin perdón
No hay perdón para los tibios. TV3 la da leña Andrés Iniesta hasta en el carnet de identidad, en lo que es una clara reacción contra sus diplomáticas y educadísimas reticencias a dar su apoyo inquebrantable al proceso de independencia de Cataluña.  El genial futbolista de Fuentealbilla ha dejado de ser una de las figuras centrales del gran Barça de Guardiola y ha pasado a convertirse en sospechoso de españolismo. El ajuste de cuentas en la televisión pública catalana es sistemático e implacable, los programas de deportes no regatean esfuerzos a la hora de convertirlo en un bluff perdido para la práctica del fútbol, enterrándose de un plumazo todas sus aportaciones a la historia del “Més que un club”. ¡Viva la libertad de expresión!.

El huevo de Colón
Hay cosas que permanecen delante de nuestras narices durante años y que a pesar de eso, viven envueltas en una especie de invisibilidad perpetua. Llevamos un décadas viendo el Castillo de Fiestas y a nadie se le había ocurrido hacerlo visitable. La iniciativa municipal de abrir la fortaleza al público se saldó el año pasado con un considerable éxito y a lo largo de este ejercicio va camino de superar los índices de participación. A veces, las cosas son así de simples. El Ayuntamiento de Alcoy ha encontrado un sistema bueno, bonito y barato para proporcionarles un suplemento de diversión abrileña a nuestros niños, para promocionar uno de los elementos más destacados de nuestro decorado festero y para rentabilizar socialmente una construcción, que a pesar de su complicado montaje, sólo se usaba durante el Día del Alardo. Es el huevo de Colón, pero a alguien tenía que ocurrírsele la idea.

El regreso
Programar una obra de Els Joglars para el 25 aniversario de la Mostra de Teatre de Alcoy es todo un detallazo. La relación de esta ciudad con la compañía catalana que fundó Albert Boadella forma parte de nuestra particular mitología teatral. Los que han cruzado la frontera de los 50 todavía recuerdan con nostalgia aquellas funciones del Teatro Circo en las que este grupo de cómicos catalanes nos traía sus estrenos, situándonos en el centro del mapa teatral español. Montajes como “Serrallonga” o “La torna” (que posteriormente acabaría con la detención de toda la compañía) iban más allá del mero acontecimiento cultural y se convertían en un acto cívico de reafirmación democrática, que se saldaba con espectaculares llenos de aquella añorada sala. Han pasado poco más de treinta años de aquello, pero parecen siglos.

La cabra del bipartidismo
Se gesta un debate preelectoral entre Toni Francés y Rafa Miró. La cabra del bipartidismo siempre tira al monte. Este encuentro puede resultar atractivo, pero no es representativo de la realidad política de un Alcoy en el que florecen los partidos minoritarios y en el que el próximo salón de plenos puede tener hasta seis formaciones diferentes. La dicotomía PSOE/PP ya es historia y en caso de celebrarse, el enfrentamiento dialéctico de estos dos candidatos tendrá un inevitable tufillo arqueológico.