Cuentan las crónicas, que en la mañana del 22 de abril de 2002, a pocos minutos del inicio de la Entrada Cristiana, en los despachos de la Alcaldía de Alcoy reinaba un estado de nerviosismo general cercano al ataque de pánico. Hacía sólo once días que una apresurada asamblea de los Navarros forzada por el Casal de Sant Jordi había retorcido la legalidad festera para evitar que Herminia Blanquer ejerciera su derecho a salir en la escuadra de su filà en la Entrada, que legítimamente le había correspondido por turno ese año.
Hasta los abogados más fundamentalistas tenían claro que aquella jugada desesperada de la Asociación de San Jorge para impedir una escuadra mixta había sido una auténtica chapuza legal, que no resistiría ni dos minutos una denuncia de la afectada ante un juzgado. La posibilidad de que el desfile de las huestes de la cruz se viera interrumpido por la llegada de una comitiva judicial encargada de restituir el orden constitucional, devolviéndole a esta mujer la posibilidad de desfilar en la formación representativa de su filà, flotó aquellos días sobre Alcoy y con ella, el temor a abrir una espiral de tensiones de consecuencias inimaginables y el miedo a salir en todos los telediarios de España como un ejemplo de sociedad retrógrada. La sangre finalmente no llegó al río; Herminia Blanquer descartó pedir amparo a un juez, el desfile se celebró con una normalidad sólo interrumpida por algunos abucheos y hasta el propio alcalde, Miguel Peralta (un hombre nada sospechoso de militancia en el feminismo radical), tuvo que salir a la palestra con unas declaraciones públicas en las que las agradecía a la festera navarra su gesto de renuncia.
Esta anécdota olvidada es un resumen perfecto de lo que podríamos denominar la Filosofía Fonèvol, una entidad creada precisamente a raíz de los tristes sucesos vividos en aquellas Fiestas de 2002. A lo largo de sus quince años de historia, esta asociación ha llevado la bandera de la lucha contra la discriminación femenina en los Moros y Cristianos de Alcoy y en su batalla ha utilizado todas las armas que tenía a mano: las campañas de reivindicación, las acciones judiciales, las denuncias públicas de situaciones de agravio, las actividades culturales para sensibilizar a la ciudadanía y un sinfín de gestos simbólicos destinados a hacer patente la existencia de la gran anomalía festera alcoyana. A pesar de haber ejercido una presión dura y constante sobre los sectores más inmovilistas de la Fiesta, Fonèvol se ha fijado desde su creación una frontera infranqueable: nunca ha agotado las posibilidades que le otorgaba la vía de los tribunales para imponer la presencia de la mujer en los festejos; renunciando así a una salida utilizada con éxito por otras asociaciones semejantes de otros sitios de España, que de forma sistemática han visto confirmadas sus denuncias de discriminación con sentencias favorables, en las que siempre se recuerda que la Constitución Española garantiza que no puede haber ninguna discriminación por razones de sexo.
Esta actitud, mantenida sin grandes variaciones a lo largo de los años, ha hecho que la entrada de la mujer en los festejos se haya convertido en un proceso lento y para muchos exasperante. Sin embargo, nos ha evitado a todos los alcoyanos el espectáculo de una fractura social dramática, que sí se ha producido en otras fiestas o acontecimientos sociales del país en los que la integración femenina por decreto judicial ha acabado generando programas de actos paralelos, que separaban de forma irreversible a los dos bandos del conflicto y que solían desembocar en una dinámica endiablada de traumáticos enfrentamientos ciudadanos.
La opción lenta elegida por Fonèvol basa su estrategia en la progresiva conquista de nuevos espacios de visibilidad para la mujer en la Fiesta. Sin la existencia de esta perpetua gota malaya resultaría imposible explicar los innegables avances en la normalización de los Moros y Cristianos: desde los centenares de festeras que visten el traje femenino de las filaes, a la presencia de mujeres en las entraetes o en el Alardo, pasando por el acceso de una cronista a la directiva del Casal y acabando con las dos escuadras oficiales que saldrán en la Diana de este año. Aunque los resultados nos puedan parecer humildes, conviene recordar que acontecimientos como estos habrían sido inconcebibles hace sólo veinte años.
El esfuerzo realizado por Fonèvol para buscar una salida pacífica al contencioso no ha recibido nunca ni el más mínimo reconocimiento de los sectores más tradicionalistas de la Fiesta. Sobre las cabezas visibles de esta asociación cae con vergonzante periodicidad un virulento alud de insultos, de descalificaciones y de ataques personales, que resultaría insoportable para la mayor parte de los mortales. Sus civilizadas críticas son respondidas con auténticas demostraciones de odio; de un odio malsano y desproporcionado, nacido de no se sabe qué podrido rincón del alma humana. Ni siquiera la inofensiva “entraeta” de este martes se ha podido librar de estas siniestras oleadas de “mala follà” y sobre este simbólico desfile han vuelto a caer toneladas de bilioso desprecio, de superioridad machista y de improperios de toda clase.
Puede que el castigo permanente que están sufriendo las buenas gentes de Fonèvol sea el doloroso peaje que ha de pagar esta ciudad para que un día nuestras hijas o nuestras nietas puedan participar en plenitud en las fiestas. De momento, lo único cierto es que nos hallamos ante un grupo humano que ha hecho una enorme demostración de valor cívico y de verdadero respeto a la Fiesta. De ese mismo respeto del que tanto presumen los autoproclamados defensores de las esencias festeras y que brilla por su ausencia en muchos de sus actos.
Simplemente gracias Javier. No solo por este fantástico artículo que toca la fibra de los injustos y pone en valor a los luchadores oprimidos, sino por toda una trayectoria que » siempre» acierta con el mensaje justo, coherente…fruto,sin más, del sentido común. Un fortísimo abrazo y mas sincera admiración.
Gràcies Javier. Les persones com tu fan que el món semble més amable. Hauríen d’haver-ne més.
Brillante Javier….una vez más gracias por tus palabras.
Un maestro en convertir sentimientos en negro sobre blanco.
Siempre acertado. Magnífico.
Enorme sensibilitat , sempre, cap a les causes complexes. Enhorabona pel teu treball!!!