Que vaya por delante que igual peco de exagerada. O que tengo muy altos los niveles de chovinismo alcoyano debido a la resaca modernista que todavía me dura. O, puede ser, que con el paso de los años tenga más claro que el arte, las manifestaciones artísticas son “sedimentos de experiencias”, definición que dio el sociólogo del Arte por excelencia Arnold Hauser (1892-1978) hace ya unos años.
Y ahora, después de arrojar de una manera (exageradamente) técnica mi visión del Arte, ¿podría Lorenzo Ridaura (1871-1963) haber triunfado en otro contexto?
¿Y si no hubiera nacido en el seno de una familia acomodada? ¿Y si su bisabuelo, tocayo suyo por partida doble, no hubiera fundado una fábrica papelera? ¿Y si no hubiera nacido apenas dos años antes de uno de los acontecimientos más revolucionarios de Alcoy? ¿Y si su padre no hubiera sido Alcalde? ¿Y si nunca le hubieran encargado los ángeles del altar mayor de la Iglesia de San Jorge? Es más, ¿y si éstos no hubieran sido nunca decapitados? ¿Y si…? ¿Y si…? ¿Y si…?
Lorenzo Ridaura estudió en Barcelona. Residió y se formó en Madrid junto a Agustín Querol. Ganó premios porque aprendió de los mejores. Se vio influido por las corrientes escultóricas del momento. Recibió encargos de particulares gracias, en mi humilde opinión, a las distintas relaciones sociales de su entorno. Conocía la técnica, los avances, las tendencias del momento. Le encargaron las obras del altar mayor de la Iglesia en honor al patrón, encargo que le hizo regresar a su Ciudad. Igual, si el encargo hubiera sido otro…
Y sí, Lorenzo Ridaura poseía un talento innegable. Una delicadeza en sus formas, una expresividad exacerbada, una manera de aunar todos los estilos que circulaban a su alrededor en su momento, en su contexto: Modernismo, Eclecticismo, Art Decó, Naturalismo… Y, obviamente, sí, las esculturas de Ridaura siguen siendo “sedimentos de experiencias”, tanto cuando fueron creadas como en la actualidad, cuando son, constantemente, admiradas.
Rita Martín Balaguer es Historiadora del Arte
Compartim eixa visió, Rita. Tot artista s’explica per les seues circumstàncies vitals i el context que li toca viure, per això la importància de reconstruir primer la seua vida abans de conéixer l’obra.
Hauriem tingut un Fernando Cabrera a eixe nivell si no haguera estat gendre del propietari de La Mistera?
Hauriem tingut eixa plètora d’artistes si, en compte d’una burgesia industrial i urbana, fora una burgesia rural i terratinent?
I completament d’acord amb el talent de Ridaura. Si no ha estat reconegut fins ara, és perquè no va saber o no va poder estar al lloc adequat en el moment apropiat.