Pura crueldad gramatical. La frase “Quina girà de llit!” se utiliza exclusivamente en las bodas, cuando los novios (él y ella) son excepcionalmente feos. Los usuarios de esta denigrante muletilla especulan con una situación absolutamente previsible: la pareja se despierta en el tálamo nupcial, se dan la vuelta y se encuentran frente a frente, comprobando espantados (y a sólo unos centímetros de distancia) que ninguno de los dos ha sido especialmente agraciado por la Naturaleza.
Hay que subrayar que esta fórmula semántica sólo se puede utilizar en caso de que los grados de fealdad de los dos miembros del matrimonio sean equiparables. En el caso de que un tipo guapo se case con una mujer poco favorecida, siempre se puede recurrir al clásico castellano de “la suerte de la fea la guapa la desea”. En la situación contraria, cuando una chica guapísima se une a un adefesio, la tendencia natural de los alcoyanos es la de especular sobre el voluminoso patrimonio económico del afortunado cónyuge y sobre el interés de la mujer en asegurarse un buen pasar; para esta versión hay otra frase típica alcoyana «este pendó va buscant la perreta». La mala leche y la pasión por despellejar a nuestros convecinos siempre han sido (junto a las peladillas) dos de los productos más emblemáticos de la industria alcoyana.