Los informativos de todas las teles de España vienen estos días cargados de consejos absurdos para luchar contra la terrible oleada de calor sahariano que nos invade. La actualidad española de las últimas semanas viene marcada por una noticia inesperada y sorprendente, que ha causado conmoción: cuando llega el verano suben las temperaturas. “Más falso que en Judas” se ha sumado a esta campaña de estupidez y ofrece una lista de diez consejos absolutamente idiotas.

1-Las personas mayores de 80 años (consideradas grupo de alto riesgo) deben evitar salir a la calle a mediodía vestidas con abrigos negros de paño grueso y con chapelas vascas en la cabeza, ya que el exceso de ropa podría provocarles mareos y bajadas de tensión.

2-Es conveniente impedir que los niños menores de 5 años ingieran grandes cantidades de carajillos de coñac Soberano, dado que esta bebida podría causarles acaloramientos y una subida de 4 grados de la temperatura corporal. Se pueden sustituir temporalmente por botellines de Trinaranjus e incluso por agua.

3-Las personas obesas, de más de 120 kilogramos de peso, deben abandonar la práctica del running durante los días en que los termómetros superen los 37 grados. Pueden cambiar las carreras por el campo por siestas del borrego de dos horas de duración.

4-Conviene que los fetichistas del látex dejen este tipo de práctica durante los periodos de más calor, ya que la utilización de este tipo de prendas no transpirables y el acaloramiento inherente a toda actividad sexual pueden derivar en deshidratación aguda. Si quieren mantener sexo imaginativo con estos calores, siempre pueden recurrir al clásico y fresquito disfraz de gladiador romano: con un taparrabos y un par de correajes van que trinan.

5-Eviten la ropa ajustada y opten por las prendas holgadas y con colores suaves. En las horas de solanera, es absolutamente desaconsejable salir a pasear vestido de Batman o de Elvis Presley en Las Vegas y hay que optar por un look tipo profesor de yoga: grandes camisolas blancas y pantalones sueltos con los huevos colganderos. Su salud se lo agradecerá.

6-Las altas temperaturas y el sueño hacen muy mala pareja. Para evitar que el calor nos provoque una noche de insomnio es importante prepararse para la ocasión. Imprescindible retirar el edredón y las mantas de la cama, así como sustituir el alcoyanísimo esquijama por los calzoncillos o las bragas de toda la vida. Ni que decir tiene, que hemos de olvidarnos de la bolsa de agua caliente; por lo menos hasta septiembre.

7-Hay que controlar estrictamente la dieta, sustituyendo los alimentos grasientos por productos más ligeros. El verano es una mala época para apuntarse a un concurso mundial de comedores de olleta alcoyana. Se deben abandonar los desayunos copiosos, sustituyendo el clásico plato de huevos fritos con panceta y longanizas por una tostada con aceite y un café. Para los practicantes del excursionismo y el camping es totalmente desaconsejable la ingesta masiva de latas de fabada Litoral, pueden sustituirse por las sabrosísimas ensaladas de la Niña del Segura.

8-Están totalmente prohibidos los grandes esfuerzos físicos durante el periodo que va entre las doce del mediodía y las ocho de la tarde. Si usted tiene la costumbre de dar la vuelta a los puentes cargado con dos bombonas de butano, conviene que suprima la caminata. Si no puede evitarlo, sustitúyalas por dos bombonas pequeñas de camping gas.

9-Beba toda el agua que pueda. Si siente una extraña sensación –boca seca, cansancio, alucinaciones y unas irreprimibles ganas de beber algún tipo de líquido- no lo dude: está sufriendo lo que los científicos llaman un ataque agudo de sed. Vaya rápidamente al bar más próximo y pídase un botellón de Font Vella. Absolutamente vetadas las tapas de mojama y los bocadillos de capellanet.

10-No vea los telediarios. Las constantes referencias de los informativos de las teles a terribles oleadas de calor, a sequías amenazantes y a temperaturas de record son altamente peligrosas. Resultan letales las entrevistas a señoras gordas abanicándose, que siempre le contestan al entrevistador aquello de que “hace por lo menos treinta años que no pasábamos tanto calor, yo ya me he bebido tres garrafas de gazpachito fresco”. Un estudio de la Universidad de Tijuana ha demostrado que en las casas de las personas que no tienen tele, la sensación térmica de calor se reduce en una media de cinco grados.